Era imposible no voltear a verla, con el atuendo minuciosamente escogido para la ocasi?n de todos los días, acentuando su figura, desliz?ndose por sobre las curvas de su hermoso cuerpo, le cubría tan s?lo lo necesario como para dejar a la vívida imaginaci?n del espectador el enigma de lo que había m?s all? del cabello suelto, la escotada blusa, la ajustada minifalda y las zapatillas de plataforma que usaba para hacerla resaltar aún m?s, como si no fuese ya lo suficientemente deseable.
Pasaba dia a dia junto a ella y sin perder detalle alguno de su voluptuosa anatomía me dejaba atrapar por su esencia, por ese perfume tan estimulante para mi olfato, tan dulce, tan sensual, tan lleno de vida, frescura y feromonas que arrancaba de mi el m?s profundo suspiro al tiempo en que mi cabeza la pensaba en la intimidad pero, no siendo esto suficiente para armarme del valor, coraje y dem?s aptitudes necesarias para abordar a la dama y conquistarla, bajarle cielo, luna y estrellas, hacerle el amor a cada palabra, a cada aliento, hablarle con la boca pero desde el coraz?n, continuaba así el camino que a cada paso me alejaba aún m?s de ella, como si no fuese ya suficiente distancia mi cobardía.
El tormento continuaba desde el primer minuto en que la perdía de vista y se prolongaba hasta el instante en que otra vez al día siguiente, apresur?ndome a la rutina de ayer, llegaba el anhelado momento que nos unía, donde el tiempo se congelaba para poder admirarla, contemplarla y en mi mente poseerla pero de nuevo el destino, aunado a mi falta de decisi?n y valentía hacía que irremediablemente, como si no fuese ya suficiente mi sufrimiento, nos separ?ramos.
Hasta que un día, harto de la situaci?n y convencido a pleno de que lo acontecido no podía m?s continuar, lleno de valor, coraje y dem?s aptitudes necesarias abord? a la dama para conquistarla, le pregunt? su nombre a lo que contest?
-Barbara
y baj?ndole cielo, luna y estrellas, haci?ndole el amor a cada palabra, a cada aliento, habl?ndole con la boca pero desde el coraz?n la seduje, la atraje, la hice caer en mis encantos y fue así como despu?s de conversar un rato accedi?, salimos pues a la noche siguiente a una rom?ntica velada en que fue todo irresistible, sucumbimos a la pasi?n terminando cuerpo a cuerpo sudando, recorri?ndonos de arriba a abajo, bes?ndonos por doquier, deleit?ndome con esas exquisitas piernas que rodeaban mi cintura ...
y disfrutando plenamente cada miserable centavo que por ella había pagado.
Pasaba dia a dia junto a ella y sin perder detalle alguno de su voluptuosa anatomía me dejaba atrapar por su esencia, por ese perfume tan estimulante para mi olfato, tan dulce, tan sensual, tan lleno de vida, frescura y feromonas que arrancaba de mi el m?s profundo suspiro al tiempo en que mi cabeza la pensaba en la intimidad pero, no siendo esto suficiente para armarme del valor, coraje y dem?s aptitudes necesarias para abordar a la dama y conquistarla, bajarle cielo, luna y estrellas, hacerle el amor a cada palabra, a cada aliento, hablarle con la boca pero desde el coraz?n, continuaba así el camino que a cada paso me alejaba aún m?s de ella, como si no fuese ya suficiente distancia mi cobardía.
El tormento continuaba desde el primer minuto en que la perdía de vista y se prolongaba hasta el instante en que otra vez al día siguiente, apresur?ndome a la rutina de ayer, llegaba el anhelado momento que nos unía, donde el tiempo se congelaba para poder admirarla, contemplarla y en mi mente poseerla pero de nuevo el destino, aunado a mi falta de decisi?n y valentía hacía que irremediablemente, como si no fuese ya suficiente mi sufrimiento, nos separ?ramos.
Hasta que un día, harto de la situaci?n y convencido a pleno de que lo acontecido no podía m?s continuar, lleno de valor, coraje y dem?s aptitudes necesarias abord? a la dama para conquistarla, le pregunt? su nombre a lo que contest?
-Barbara
y baj?ndole cielo, luna y estrellas, haci?ndole el amor a cada palabra, a cada aliento, habl?ndole con la boca pero desde el coraz?n la seduje, la atraje, la hice caer en mis encantos y fue así como despu?s de conversar un rato accedi?, salimos pues a la noche siguiente a una rom?ntica velada en que fue todo irresistible, sucumbimos a la pasi?n terminando cuerpo a cuerpo sudando, recorri?ndonos de arriba a abajo, bes?ndonos por doquier, deleit?ndome con esas exquisitas piernas que rodeaban mi cintura ...
y disfrutando plenamente cada miserable centavo que por ella había pagado.
Comment