Cultura apocalíptica
He buscado (sin ?xito) el reloj conmemorativo del 21 de diciembre de 2012 por cuanta plaza local existe. Creo firmemente que ante la llegada del fin del mundo debería haber una cuenta regresiva visible para todo aquel que necesite, en determinado momento, un recordatorio de que los días de la humanidad est?n contados. Esto, adem?s de resultar un gran atractivo para el turismo local, ayudaría a aprovechar el tiempo restante: a estar con la familia y con los amigos, a reconciliar al individuo consigo y con los dem?s, e incluso daría la oportunidad de realizar fantasías que, teniendo tiempo de sobra, nadie haría.
Ni qu? decir del mont?n de campa?as publicitarias que se podrían crear; “Viaje ahora, despu?s no podr?” o “El auto que s?lo el apocalipsis podía traer”. En fin, tanto material para cualquier cantidad de ?reas que est? siendo desperdiciado por falta de visi?n.
Hay que admitirlo, nos hemos convertido en una sociedad que ambivalentemente desea persistir y morir en el intento. Ello se demuestra si pensamos en todas las veces que supuestamente la humanidad desaparecería.
Tan s?lo para refrescar la memoria de algunos, est? el inicio del a?o 2000; cuando era, según los m?s cr?dulos, casi un hecho que el mundo explotaría (o algo así) cuando atraves?ramos la barrera entre 1999 y 2000, eso o que el internet colapsaría (cosa que preocupaba aún m?s).
Despu?s en el 2006, se dijo que nuestros días de existencia se limitarían al 6 del 6 del 06, por aquello del número de la bestia y, para desgracia de todos aquellos que se suicidaron, no pas? nada.
Ante nuestros fallidos pron?sticos, hemos utilizado la fecha de la que los mayas hablaban en su calendario para la entrada de una nueva era: el 21 de diciembre del 2012. Nos hemos convencido de que es ?sta la definitiva. Pero no s?lo eso, esta vez todo el mundo ha forzado cualquier cantidad de teorías, historias, visiones y escritos para que coincidan con esa fecha. El punto es que hoy día hay m?s teorías sobre el fin del mundo que sobre el origen de la vida y conforme avanza el tiempo, en dichas teorías, nuestro fin es peor.
Si en este momento el apocalipsis comenzara, así nos iría: el mundo se calentaría; y luego se congelaría, habría guerras y muertes; y sobrepoblaci?n, el agua se acabaría y la coca-cola tambi?n, los robots dominarían y los Iluminati tambi?n, habría un Papa negro y la iglesia cat?lica desaparecería. No habría internet, en serio, no habría. Tendríamos que lidiar con: huracanes, ciclones, terremotos, tsunamis y surimis gigantes que atacarían a todos los países; un meteorito nos pegaría, un agujero negro nos tragaría y el planeta Hercolobus pasaría cerquita de la Tierra para, como si no estuvi?ramos ya mal, provocar cambios clim?ticos y m?s desastres (como que el Cruz Azul ganara una liguilla, por ejemplo).
Lo que me temo es que cuando veamos que en el 2012 no pase absolutamente nada, buscaremos una fecha que llene ese huequito en nuestro coraz?n que desea que la humanidad desaparezca. Pero esa nueva fecha vendr?, por supuesto, acompa?ada de nuevos elementos apocalípticos que se nos ir?n revelando poco a poco en cada película de Hollywood.
Gabriela N?jera
He buscado (sin ?xito) el reloj conmemorativo del 21 de diciembre de 2012 por cuanta plaza local existe. Creo firmemente que ante la llegada del fin del mundo debería haber una cuenta regresiva visible para todo aquel que necesite, en determinado momento, un recordatorio de que los días de la humanidad est?n contados. Esto, adem?s de resultar un gran atractivo para el turismo local, ayudaría a aprovechar el tiempo restante: a estar con la familia y con los amigos, a reconciliar al individuo consigo y con los dem?s, e incluso daría la oportunidad de realizar fantasías que, teniendo tiempo de sobra, nadie haría.
Ni qu? decir del mont?n de campa?as publicitarias que se podrían crear; “Viaje ahora, despu?s no podr?” o “El auto que s?lo el apocalipsis podía traer”. En fin, tanto material para cualquier cantidad de ?reas que est? siendo desperdiciado por falta de visi?n.
Hay que admitirlo, nos hemos convertido en una sociedad que ambivalentemente desea persistir y morir en el intento. Ello se demuestra si pensamos en todas las veces que supuestamente la humanidad desaparecería.
Tan s?lo para refrescar la memoria de algunos, est? el inicio del a?o 2000; cuando era, según los m?s cr?dulos, casi un hecho que el mundo explotaría (o algo así) cuando atraves?ramos la barrera entre 1999 y 2000, eso o que el internet colapsaría (cosa que preocupaba aún m?s).
Despu?s en el 2006, se dijo que nuestros días de existencia se limitarían al 6 del 6 del 06, por aquello del número de la bestia y, para desgracia de todos aquellos que se suicidaron, no pas? nada.
Ante nuestros fallidos pron?sticos, hemos utilizado la fecha de la que los mayas hablaban en su calendario para la entrada de una nueva era: el 21 de diciembre del 2012. Nos hemos convencido de que es ?sta la definitiva. Pero no s?lo eso, esta vez todo el mundo ha forzado cualquier cantidad de teorías, historias, visiones y escritos para que coincidan con esa fecha. El punto es que hoy día hay m?s teorías sobre el fin del mundo que sobre el origen de la vida y conforme avanza el tiempo, en dichas teorías, nuestro fin es peor.
Si en este momento el apocalipsis comenzara, así nos iría: el mundo se calentaría; y luego se congelaría, habría guerras y muertes; y sobrepoblaci?n, el agua se acabaría y la coca-cola tambi?n, los robots dominarían y los Iluminati tambi?n, habría un Papa negro y la iglesia cat?lica desaparecería. No habría internet, en serio, no habría. Tendríamos que lidiar con: huracanes, ciclones, terremotos, tsunamis y surimis gigantes que atacarían a todos los países; un meteorito nos pegaría, un agujero negro nos tragaría y el planeta Hercolobus pasaría cerquita de la Tierra para, como si no estuvi?ramos ya mal, provocar cambios clim?ticos y m?s desastres (como que el Cruz Azul ganara una liguilla, por ejemplo).
Lo que me temo es que cuando veamos que en el 2012 no pase absolutamente nada, buscaremos una fecha que llene ese huequito en nuestro coraz?n que desea que la humanidad desaparezca. Pero esa nueva fecha vendr?, por supuesto, acompa?ada de nuevos elementos apocalípticos que se nos ir?n revelando poco a poco en cada película de Hollywood.
Gabriela N?jera
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