Holas risitas, a kabron no era eso de lo ke iba a hablar?

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Divagando por la red buskando artikulos sobre fisika kuantika, astronomia y porn del mero pesado, me enkontre kon esto.







































Ivan, un paracaidista deportivo experimentado, tenía m?s de 800 saltos en su haber. En 1987 decidi? filmar en video una lecci?n de salto impartida por in instructor a uno de sus alumnos. Como es costumbre, Ivan ados? su c?mara al casco a fin de tener las manos libres, y coloc? el grabador de video y las baterías de repuesto en una pesada mochila que se coloc? a la espalda.
Durante todo el día film? la ense?anza en tierra. Por la tarde, instructor, alumno e Iv?n abordaron el avi?n para llevar a cabo la parte pr?ctica.
El camar?grafo salt? de la escotilla posterior, mientras que maestro y estudiante lo hicieron de la anterior. Se observa claramente en la cinta que ambos tiran de las cuerdas, sus paracaídas se abren y pronto se pierden espacio arriba, a medida que el aire los frena pero el camar?grafo persiste en caída libre...
...Y en caída libre...
¡Y en caída libre!
Habiendo estado todo el día con la mochila a la espalda, Iv?n sencillamente olvid? colocarse, adem?s, ¡su paracaídas!La filmaci?n permite ver su mano dirigi?ndose al pecho para encontrar que no hay cordel, y la danza desesperada de la c?mara, para finalmente dirigirse al suelo, que asciende, como era de esperar, r?pidamente a su encuentro. Las mochilas llenas de baterías y magnetoscopios no parecen ser elementos adecuados para frenar una caída desde unos seis mil metros de altura.
Parte de la filmaci?n pudo ser recuperada tras el impacto. La historia fue confirmada por periodistas de United Press, Associated Press y el Washington Post, y obtuvo un Premio Darwin 1994.


Este wey no gano pero me gusto su historia 100% veridika.

En 1982 Walters flot? tres millas sobre el sur de California en una silla de jardín equipada con 42 globos sonda llenos de helio. Walters, entonces un camionero de 33 a?os de Hollywood Norte, no tenía experiencia en aviaci?n pero siempre había querido volar. Armado con un radio de dos vías, un paracaídas, una escopeta de perdigones y unas botellas de agua como lastre, esperaba elevarse gr?cilmente hacia cielo desde el patio trasero de la casa de su novia en San Pedro, Calif., y despu?s disparar a los globos para hacer un aterrizaje suave.




Cuando cort? amarras, sin embargo, Walters sali? disparado hacia arriba inesperadamente, alcanzando pronto una altitud de 16,000 pies (5.000 m.). Comunic? con algunos aviones privados en el camino de subida y fue descubierto por confundidos pilotos de líneas a?reas. El mareado "globista" dispar? aproximadamente a 10 de los globos sonda antes de que su arma cayera al mar 90 minutos despu?s de iniciar el vuelo. Su embarcaci?n quedo entonces a la deriva volviendo hacia tierra. Los globos finalmente se enredaron en unos cables el?ctricos cerca del Aeropuerto de Long Beach, y Walters pudo saltar desde la silla de jardín hasta los brazos de los miembros de la ley que le esperaban.



Hasta aquí llega la historia que provoc? la candidatura a los Premios Darwin, haciendo de Walters uno de los pocos ganadores del Darwin que pudo sobrevivir a su haza?a. Pero la parte m?s triste de la historia estaba todavía por llegar.
Walters tuvo que pagar 1.500 $ a la Administraci?n de Aviaci?n Federal, acusado de volar de un modo temerario, operar demasiado cerca del aeropuerto y no ponerse en contacto con la torre de control.