La caja vacía
Pocas cosas desesperan m?s a una mujer que ver a un hombre (hijo o marido) pr?cticamente en estado vegetativo, armado con el control remoto, frente al televisor haciendo zapping ¡sin detenerse en nada! Simplemente no lo entendemos. Intrigadas, s?lo observamos c?mo su mente est? alojada en algún rinc?n del 'País de nunca jam?s'.
Sabemos que hombres y mujeres no somos iguales. Pensamos diferente y reaccionamos ante la vida de distinta manera. Sin embargo, nunca había escuchado a alguien explicar de manera tan clara y divertida nuestras diferencias, como lo hace el pastor Mark Gungor en su seminario.
El cerebro del hombre, dice Gungor, est? formado por cajas, muchas cajas. Ahí tiene la caja del dinero, la del coche, la de su mam?, la de sus amigos, la de su trabajo, la de su suegra... en fin. Cuando quiere ver o discutir un asunto, saca la caja requerida: la abre, la consulta, argumenta s?lo el problema que hay ahí, la vuelve a cerrar y la coloca de nuevo en su lugar. La única regla es que las cajas no se toquen entre sí.
El cerebro de la mujer, por el contrario, est? formado por una bola de cables enredados, entrelazados y todos conectados entre sí: su trabajo, su mam?, sus hijos, su tiempo de ejercicio, su marido y dem?s. Así que durante un día de actividad normal, por todos lados se prenden foquitos que viajan interminablemente de un lado al otro, haciendo conexiones y ruiditos tipo tztztztztztzt.
El asunto a destacar es que todo esto est? manejado por una energía que se llama 'emoci?n'. Si tienes alguna experiencia en la vida y quieres que se grabe para siempre, cali?ntala con una emoci?n. Y como las mujeres le ponemos emociones a todo, por eso y para pesar de los hombres, tendemos a acordarnos de lo que sea.
Esto a ellos no les pasa tanto, porque simplemente las cosas, con excepci?n del futbol y otros asuntillos, no les importan en lo absoluto.
Lo interesante y nuevo, por lo menos para mí, es saber que dentro del cerebro del hombre hay una caja muy especial, su favorita. ¿Por qu?? Porque no hay ¡NADA! Est? vacía.
Si tiene una oportunidad, ?l recurrir? de inmediato a su caja vacía. Así, se va de pesca, ve toda clase de deportes en la televisi?n, escucha música y dem?s. Es como se desconecta del mundo.
Si las mujeres discutimos sobre algo, sacamos a relucir asuntos de todo tipo, por que en nuestra cabeza ¡TODO SE CONECTA!
Las mujeres siempre est?n conectadas a algo, y no entendemos la caja vacía.
La caja vacía es un lugar que las mujeres no entendemos, porque siempre estamos conectadas a algo. Adem?s, no podemos acompa?ar a los hombres. De hecho, ¡nunca nos invitarían! Por naturaleza, las mujeres ya le estaríamos metiendo mobiliario, arregl?ndola y decor?ndola.
Bajo estr?s
¿Qu? crees que hace un hombre cuando est? bajo estr?s? Pues se va a su caja vacía, y lo menos que quiere es ¡hablar con alguien! Entonces, al verlo en estado contemplativo y ausente, nos acercamos a su oído y le preguntamos: '¿En qu? piensasss?' '¿Est?s enojado?'. Adem?s de que esto les choca, no saben qu? contestar. A lo m?s que se aventuran es a un:'En nada' o 'No', y cruzan los dedos para que los dejemos en paz.
La mujer, en cambio, cuando est? agobiada tiene que hablar, sacar el estr?s de su sistema. Si no, nuestro cerebro, literalmente, explota... Hay hombres que, al escuchar la avalancha de palabras, ¡prefieren huir!, porque no saben qu? contestar. O bien, se sienten obligados a arreglar las cosas, y empiezan a aconsejarlas. Ojo, hombre, no trates de ayudarla, porque te puede matar. Ella no quiere consejos, s?lo que la escuches.
Así que lo que aprendí con el pastor Gungor es que cuando un hombre se refugia en su caja vacía, hay que dejarlo solo y esperar, con paciencia y una sonrisa, a que regrese.
'La caja vacía es un lugar que las mujeres no entendemos, porque siempre estamos conectadas a algo. Adem?s, no podemos acompa?ar a los hombres. De hecho, ¡nunca nos invitarían! Por naturaleza, las mujeres ya le estaríamos metiendo mobiliario, arregl?ndola y decor?ndola'.
Por: Gaby Vargas
Periodico Reforma
Pocas cosas desesperan m?s a una mujer que ver a un hombre (hijo o marido) pr?cticamente en estado vegetativo, armado con el control remoto, frente al televisor haciendo zapping ¡sin detenerse en nada! Simplemente no lo entendemos. Intrigadas, s?lo observamos c?mo su mente est? alojada en algún rinc?n del 'País de nunca jam?s'.
Sabemos que hombres y mujeres no somos iguales. Pensamos diferente y reaccionamos ante la vida de distinta manera. Sin embargo, nunca había escuchado a alguien explicar de manera tan clara y divertida nuestras diferencias, como lo hace el pastor Mark Gungor en su seminario.
El cerebro del hombre, dice Gungor, est? formado por cajas, muchas cajas. Ahí tiene la caja del dinero, la del coche, la de su mam?, la de sus amigos, la de su trabajo, la de su suegra... en fin. Cuando quiere ver o discutir un asunto, saca la caja requerida: la abre, la consulta, argumenta s?lo el problema que hay ahí, la vuelve a cerrar y la coloca de nuevo en su lugar. La única regla es que las cajas no se toquen entre sí.
El cerebro de la mujer, por el contrario, est? formado por una bola de cables enredados, entrelazados y todos conectados entre sí: su trabajo, su mam?, sus hijos, su tiempo de ejercicio, su marido y dem?s. Así que durante un día de actividad normal, por todos lados se prenden foquitos que viajan interminablemente de un lado al otro, haciendo conexiones y ruiditos tipo tztztztztztzt.
El asunto a destacar es que todo esto est? manejado por una energía que se llama 'emoci?n'. Si tienes alguna experiencia en la vida y quieres que se grabe para siempre, cali?ntala con una emoci?n. Y como las mujeres le ponemos emociones a todo, por eso y para pesar de los hombres, tendemos a acordarnos de lo que sea.
Esto a ellos no les pasa tanto, porque simplemente las cosas, con excepci?n del futbol y otros asuntillos, no les importan en lo absoluto.
Lo interesante y nuevo, por lo menos para mí, es saber que dentro del cerebro del hombre hay una caja muy especial, su favorita. ¿Por qu?? Porque no hay ¡NADA! Est? vacía.
Si tiene una oportunidad, ?l recurrir? de inmediato a su caja vacía. Así, se va de pesca, ve toda clase de deportes en la televisi?n, escucha música y dem?s. Es como se desconecta del mundo.
Si las mujeres discutimos sobre algo, sacamos a relucir asuntos de todo tipo, por que en nuestra cabeza ¡TODO SE CONECTA!
Las mujeres siempre est?n conectadas a algo, y no entendemos la caja vacía.
La caja vacía es un lugar que las mujeres no entendemos, porque siempre estamos conectadas a algo. Adem?s, no podemos acompa?ar a los hombres. De hecho, ¡nunca nos invitarían! Por naturaleza, las mujeres ya le estaríamos metiendo mobiliario, arregl?ndola y decor?ndola.
Bajo estr?s
¿Qu? crees que hace un hombre cuando est? bajo estr?s? Pues se va a su caja vacía, y lo menos que quiere es ¡hablar con alguien! Entonces, al verlo en estado contemplativo y ausente, nos acercamos a su oído y le preguntamos: '¿En qu? piensasss?' '¿Est?s enojado?'. Adem?s de que esto les choca, no saben qu? contestar. A lo m?s que se aventuran es a un:'En nada' o 'No', y cruzan los dedos para que los dejemos en paz.
La mujer, en cambio, cuando est? agobiada tiene que hablar, sacar el estr?s de su sistema. Si no, nuestro cerebro, literalmente, explota... Hay hombres que, al escuchar la avalancha de palabras, ¡prefieren huir!, porque no saben qu? contestar. O bien, se sienten obligados a arreglar las cosas, y empiezan a aconsejarlas. Ojo, hombre, no trates de ayudarla, porque te puede matar. Ella no quiere consejos, s?lo que la escuches.
Así que lo que aprendí con el pastor Gungor es que cuando un hombre se refugia en su caja vacía, hay que dejarlo solo y esperar, con paciencia y una sonrisa, a que regrese.
'La caja vacía es un lugar que las mujeres no entendemos, porque siempre estamos conectadas a algo. Adem?s, no podemos acompa?ar a los hombres. De hecho, ¡nunca nos invitarían! Por naturaleza, las mujeres ya le estaríamos metiendo mobiliario, arregl?ndola y decor?ndola'.
Por: Gaby Vargas
Periodico Reforma
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