Oiane caminaba hacia casa, ya no le importaba nada. Tenia puesto mago de oz en el Mp3, estaba tan alto que no oía el cami?n que su acercaba velozmente al cruce de la esquina. Seguia caminado, con la mirada perdida en las baldosas del suelo. Cruz? la calle y el cami?n par? aapenas a un lado suyo.
Mira por donde cruzas, ni?a tonta- dijo el conductor.
Oiane lade? la cabeza y solo le vio mover los labios. Sigui? andando, con las manos en los bolsillos, la mirada clavada en el suelo y el pelo casta?o cubri?ndola el rostro.
No le importaba mucho lo que sus compa?eros decían de ella, pero hoy se habían pasado.
Estaba en el recreo, sola, como todos los días. No estaba triste pero tampoco contenta, simplemente estaba sentada en el suelo mirando al cielo. Un a?o atr?s habría estado contenta de empezar la secundaria; pero ahora era el 4 de julio del 2007 y allí estaba, mirando la lluvia caer del cielo, viendo como las nubes lloraban, igual que su alma.
Son? la campana y todos subieron a clase, armando un gran escandalo por el pasillo. Lleg? a su clase y en su sitio faltaba algo,
Un grupo de chicos miraba por la ventana, pero de reojo tambi?n la miraban a ella. Oiane se hizo paso a trav?s de ellos y mir? por ella. Estaban en el segundo piso y en el suelo quedaban los restos de una mochila calcinada. De SU mochila. Mir? a todos y sin alterarse sali? al pasillo y hecho a corre a por entre los pasillos
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Cruz? por un sem?foro, y sigui? la calle. Record? todo lo que le habían hecho en lo que llevaban de curso. Se cruz? con un grupo de hombres que se quedaron mir?ndola y silbaron. Ella seguía escuchando su música, ajena a todo lo que pasaba a su alrededor, prefiriendo olvidarlo.
Solamente quería caminar, y escuchar su musica
Todo había cambiado al empezar ese curso, desde que le gustaba la música heavy y ella era heavy. Estaba segura de que desde ese cambio todos habían decidido meterse con ella, pero no iba a dejar de serlo por una pandilla de imb?ciles. Antes de serlo no tenía amigos, simplemente era una joven mas, una chica que jugaba al fútbol con los hombres. Pero desde ese cambio ya no la dejaban jugar. Estaba harta de ellos, de ellas y de todo el mundo. Seguía caminando por la calle, esquivando los charcos que se acumulaban en al suelo. Mir? al cielo que se volvía a cubrir de nubarrones que amenazaban con mas lluvia. Llevaba unas dos semanas lloviendo. La canci?n se acab? y empez? el poema de la lluvia triste, pas? la primera estrofa y empez? a sonar el estribillo:
“Llorar es purgar la pena,
deshidratar todo el miedo que hay en ti,
es sudar la angustia que te llena,
es llover tristeza para poder ser feliz.”
Oiane cantaba la canci?n, susurrando cada palabra y escuchando la letra. No solía llorar por tonterías, pero aquello no era una tontería y las lagrimas no querían quedarse en sus ojos. Una de ellas se desliz? por sus mejillas, nubl?ndola la vista. Se detuvo y busc? un banco donde sentarse. De haber tenido mochila la habría tirado a un extremo del banco, pero no tenía... Se acord? de eso y solloz? con mas fuerza. No era la perdida de la mochila lo que tanto la afectaba, si no QUIEN lo había hecho. Arkaitz era el responsable de sus lagrimas. Ese estúpido chico que no la hacia ni caso y solo se limitaba a molestarla. Oiane solloz? de nuevo, cubri?ndose la cara con las manos. Arkaitz la gustaba desde primero y en segundo seguía sintiendo lo mismo. Comenz? a llover, las gotas caían desde el cielo con mayor fuerza, Oiane se levant? del banco y se dirigi? a su casa.
Meti? la llave en la cerradura y la gir? para abrirla, pero antes se sec? los ojos con las mangas. Su madre dormía pl?cidamente en el sof?, la tele estaba encendida y se veía un programa de cocina. se fue a su habitaci?n y encendi? la computadora, el ruido del motor se extendi? en el aire. Oiane se tir? a la cama y suspir?, aguant?ndose las ganas de llorar e intentando pensar en otra cosa. En la pantalla apareci? un mensaje nuevo, de su primo.
“Esta noche abre la ventana a la una, no te duermas”
Su primo era un wei extra?o, tenía bastantes amigos, pero entre ellos dos había una conexi?n especial. Se veían poco, por que ?l vivía en saltillo, pero hablaban todos los días por el msn. “¿Para que querr? que abra la ventana a esas horas?”. Oiane se encogi? de hombros y puso el reproductor de música, lo puso bajito, para no despertar a su madre, ignorando que nunca mas volvería a despertar. Comenz? a sonar Desde mi cielo, de Mägo de Oz, mientras que iniciaba sesi?n en el msn, cantaba la canci?n. Había una persona conectada, alguien que le había agregado y que no sabia quien era. Nunca había hablado con ella, agrand? el cartelito y salud? a aquella persona, le respondieron el saludo y pregunt?:
- ¿Qui?n eres?
- Me conoces.
- Pero ¿Quien eres?
- Te observo. Desde que te vi me gustaste- de haber sido en otras condiciones la habría halagado, pero seguro que era alguna broma pesada de sus compa?eros. Estaban en computacion y algunos se conectaban.
- ¿Qui?n eres?
- No se, dímelo tú.
- ¿C?mo quieres que lo sepa?
- Te observo- al momento que se desconect?.
La chica seguía impasible, nada le afectaba ya. Decidi? ir a despertar a su madre, abri? la puerta y se dirigi? ala sala. Vio a su madre en el sof? y se arrodill? al lado suyo.
- Mam?, he vuelto de la escuela- su madre no respondi? y su hija la meci? suavemente para despertarla- ¿Mam?? contesta, no tiene gracia- su madre estaba inerte, con el rostro muy p?lido y con una leve sonrisa. “Estar? so?ando algo bonito” pens? Oiane. Entonces vio, un hilo de sangre resbalar del sof? hasta el suelo. Destap? a su madre y vio un agujero rojo en su estomago, todo el sof? estaba lleno de sangre, pero su madre seguía con esa sonrisa tan siniestra.
- He llamado a la policía, ya vienen para aquí- su padre apareci? por la puerta del sal?n, con las manos detr?s de la espalda y con toda la cara empapada en sudor. Oiane se levant? y lo comprendi? todo, su padre había matado a su madre, por eso ella tenia esos moratones por todo el cuerpo. Ultimamente no paraban de pelearse. La chica se fue corriendo a su habitaci?n con las lagrimas resbal?ndole por la cara, sin poder impedirlo. Había estado aguantando todo, las burlas de sus compa?eros, lo de su mochila, todo lo que la habían hecho antes, las peleas continuas de sus padres. Lo había soportado todo, y no había llorado ni una vez, pero ahora su vida había cambiado y no podía evitar llorar. Sumergi? la cara en un cojín de su cama y grit? con todas sus fuerzas, desahogando todo la pena, la ira y la frustraci?n que tenia dentro.
Llamaron a la puerta de su casa y algo la derrib? destrozando las bisagras. Ella sali? de su habitaci?n para ver como se llevaban a su padre, que no oponía resistencia. Volvi? a la sala y se arrodill? al lado de su madre.
- Te quiero, mama. Siempre te he querido a pesar de todo lo que he dicho- la dio un beso en la mejilla. Uno de los policías había estado observando la escena sin interrumpir el momento.
- Hola, soy Charlie. ¿C?mo te llamas?- sonri? y la puso la mano en el hombro, cosa que la reconfort?.
- Oiane.
- ¿Cu?ntos a?os tienes?
- Trece, ¿a d?nde se llevan a mi padre?
- Al juzgado, tenemos que preguntarle unas cosas.
- ¿Y yo donde voy a ir?
- A casa de alguno de tus familiares.
- Solo tengo familiares en Saltillo.
- Pues te ir?s con ellos.
- De acuerdo- la idea de irse con su primo la consolaba un poco, pero el vacío que tenia en el coraz?n no se lo quitaba nada,
- Danos el tel?fono de tu familia para poder contactar con ellos- la chica se arrastr? por el suelo, escribi? el tel?fono en un trozo de papel y se lo tendi? al policía. Este cogi? el trozo de papel y marc? el numero. Sali? de la sala, dejando a Oiane sola, para que pasara los últimos minutos con su madre. “Me voy con Tomy” pens?, y una sonrisa se poso en sus labios brevemente.
Abraz? a su madre y otra lagrima cayo de sus ojos. Pas? un rato abrazada a su madre, llorando silenciosamente, hasta que entr? Charlie.
- Ma?ana vendr?n a por ti, ¿No tendrías que estar en la escuela?- Oiane le cont? todo lo que la habían hacho sus compa?eros y el policia puso cara de asombro- ¿Y has aguantado tanto?
- Si, al principio solo eran insultos, pero esta ma?ana se han pasado.
- Descansa, ma?ana vendr?n a por ti.
- Son las dos de la tarde.
- Pues haz lo que quieras, pero no puedes salir de tu casa.
Oiane asinti? con la cabeza, se meti? en su habitaci?n y cerr? la puerta. Encendi? la pantalla de su ordenador y el mismo chico que se la había declarado estaba conectado de nuevo.- Me parece muy bien que estes por mi, pero dime de una maldita vez quien eres- Oiane estaba enfadada.
- ¿De verdad quieres saberlo?
- Si no no te lo estaria preguntando.
- Pues mira por la ventana- se levant? deprisa de la silla y se dirigi? a la ventana, se tropezo con un libro que habia en el suelo y cay? de bruces contra el suelo. Abri? la ventana y vi? en la calle al mejor amigo de Arkaitz, Andr?s, con un ordenador portatil en los brazos.
- ¿Pero tú eres tonto? Mira ni?o, dejame en paz.
- Por favor, escuchame al menos, solo te pido que me dejes hablar.
- No tengo nada que hablar contigo.
- Por favor, dejame esplic?rtelo.
- Ya se que esto es una broma de tu querido amiguito. Ademas no estoy de humor.
- No es una broma, me gustas, en serio.
- Si, por eso te reias con todos los demas.
- Yo nunca me he reido de lo que te hacia Arkaitz, es mas, le decia que te dejara en paz- Oiane lo pens? y se dio cuenta de que era verdad.
- ok, tienes razon, pero ahora no estoy de humor.
- ¿Puedo subir y hablamos arriba?
- Mejor que no pases por la entrada.
- No me hace falta- aquel chico que se estaba haciendo un hueco en el coraz?n de Oiane, dio un salto y se puso en el alfeizar de la ventana. La chica lo mir? como si fuera de otro planeta- tengo muelles en las suelas, ¿Puedo pasar?- ella sabía que algo raro pasaba, pero no hizo ninguna objeccion.
- Claro, no te vas a quedar hay fuera- ?l estaba acuclillado en la ventana y de otro salto se meti? en el interior de la habitacion. Observ? los posters de los chicos que tenia en las paredes y de cada detalle de la habitacion de aquella chica que tanto lo fascinaba- ¿Que pasa, no te gustan los posters?
- Digamos que no son mi estilo.
- ¿Por que has venido aquí?
- He venido para pedirte perdon, yo no queria que Arkaitz te hiciera eso, pero aun así, se lo permití.
- No tienes de que disculparte, ¿Es en serio lo que me has dicho por el messenger?
- Nunca he hablado tan en serio- se qued? pensativa y se sent? en la cama, por que las piernas la empezaron a dejar de responder. Nunca había pensado en Andr?s como algo mas que el amigo del imb?cil que la gustaba, pero ahora que lo pensaba, la idea la agradaba y se di? cuenta de que la gustaba aquel chico mas que Arkaitz.
No me estabas observando cuando me lo has dicho por el messenger, ¿no?
- No, era para darle un poco de misterio al asunto- una sonrisa asom? por sus labios.
- Pues me has asustado de veras, eres malvado.
- Si, ¿Por que tienes las manos rojas?- Oiane se había olvidado de lavarse las manos despu?s de tocar a su madre.
- Pues... yo...- hundi? el rostro entre sus manos y comenz? a llorar.
- ¿Que pasa?- Andr?s se sent? a su lado y la abraz? por la cintura- cuenta, no soporto verte llorar.
- Mi padre... acaba de...- el nudo en el estomago se apretaba cada vez que intentaba decirle algo- la ha matado.
- ¿Que tu padre a matado a quien?
- A mi madre- Andr?s no pudo evitar que su boca se abriera como un resorte.
- ¿Y que ha pasado? ¿Has llamado a la policía?
- Ya lo hizo ?l.
- Lo siento muchísimo, si necesitas algo, dímelo.
- Muchas gracias, Andr?s- ella se lanz? a sus brazos y lo abraz? con fuerza. Él no se lo esperaba, pero cuando reaccion?, la acarici? la cabeza con dulzura.
- Tranquila, estoy contigo- ella se separ? un poco de ?l y lo mir? a los ojos- ¿Con qui?n te vas a quedar?
- Me voy con mi primo- un pu?al se clav? en el estomago de Andr?s.
- Ah, entonces no nos volveremos a ver...
- No, vendr? a verte.
- ¿En serio?- sus ojos se humedecieron- tengo una idea mejor...-
- Me ire contigo - Oiane lo mir? como si hubiera dicho el mayor disparate del mundo.
- Pero tú tienes familia aquí, no los puedes dejar.
- Por fin me haces caso y no te voy a dejar sola en estos momentos.
- Yo... no se que decir.
- Pues no digas nada- ?l se acerc? a ella, la fue besando por el cuello y acabaron unidos por la boca. Cuando se separaron, Oiane dejo escapar un suspiro.
- ¿Era tu primer beso?
- Si- dijo la chica tímidamente, Andr?s sonri? y su mirada se cruz? con la de Oiane- ¿C?mo te vas a ir?
- Corriendo. El chico sonri? de nuevo al ver la cara que había puesto la otra.
Tomy dormía de día. En su habitaci?n todo estaba oscuro y de las vigas colgaban objetos extra?os. La viga del centro era la mas robusta, allí era donde dormía. Se colgaba por las piernas y cruzaba los brazos por el pecho. Su piel era super clara, por que intentaba que la luz del sol le diera lo menos posible, sus ojos marrones destacaban en su rostro. El pelo casta?o le colgaba cuando dormía, como aquel aspecto le gustaba, siempre se lo ponía de punta. Sus labios eran rojos, como la sangre que tanto le gustaba.
Le gustaba vestir de negro, y como su prima ?l tambi?n era heavy, pero tiraba hacia un rollo mas siniestro. Sus padres lo aceptaban todo, pues sabian lo difícil que era ser un vampiro con esa edad. Su prima no sabía nada del asunto.
- Tomasito, lev?ntate enano- Ana, su hermana de 20 a?os entr? en la habitaci?n.
- Ya estoy despierto y no me llames enano.
- Te gano por 6 a?os, eres un enano.
- Vete a la mierda- la chica cerr? la puerta y dejo a Tomy colgado de la viga, con el pelo de punta. Tras dar una maroma, cay? al suelo sin hacer un solo ruido. Se dirigi? al espejo y olvid? un peque?o detalle.
- siempre se me olvida- había empezado la ma?ana de mal humor y lo de no poder verse en el espejo no mejoraba mucho la situaci?n. Como quería verse el pelo, cogi? la c?mara y se hizo una foto. Las ojeras le inundaban el rostro, d?ndole un aspecto terrorífico- ¡Que bien! Parezco un zombie- se llen? el pelo de gel y sali? del ba?o azotando al puerta.
- Tomy, deja de dar golpes.
- Si
- Tu misma has dicho que eras mas mayor que yo, por lo tanto ese nombre te va perfecto.
- Eres un imb?cil con ojeras.
- Tú una imb?cil con pecas- el vampiro sonri? al ver que la otra no contestaba. Se dirigi? al computadora y lo encendi?. No tenía ningún mensaje nuevo y eso le preocup?. <<¿Lo habr? recibido?>> pens? un tanto preocupado.
La poca luz que entraba a trav?s de la ventana, cubierta por una cortina negra, se fue atenuando hasta que desapareci? por completo. <<Es la hora>> se dirigi? a la ventana, la abri? y se tir? al vacío . Se dejo caer unos cuantos metros, disfrutando del viento que le recorría por el cuerpo a una velocidad de v?rtigo. Cuando le faltaban unos metros para impactar contra el suelo, alz? las alas y subi? a trav?s del viento. Cogi? una velocidad de v?rtigo, si seguía así, en una hora habría llegado, pero todavía eran las siete de la tarde y ?l había quedado con su prima a la una de la madrugada.
<< Me dar? una vuelta por allí, a ver si ligo algo>> en su boca se dibuj? una sonrisa, y pens? en la cara de tonto que tendría, cosa que le hizo gracia y no pudo evitar abrir la boca. El aire le entr? por la boca y le resec? la garganta, le entr? la tos y con las manos se cerr? la boca, que seguía abierta a causa de la potencia del viento. <<La última vez que abro la boca>>
¿Como vas a ir hasta alla corriendo?- Oiane se estaba aguantando la risa.
- No te rias- sin embargo, Andr?s no se reia.
- Ok lo siento, pero tardarias un mont?n en ir hasta allí. Esta demasiado lejos.
- Nada esta demasiado lejos para un hombre lobo.
- ¿Que?- la chica lo miraba extra?ada.
- Lo que has oido, soy un hombre lobo.
- Si claro, y yo una vampira, no mames
.
- En serio. Esta noche hay luna llena. ¿Como te crees que he podido llegar hasta la ventana?
- ¡Por supuesto que no! Pero los hombre lobo no existen.
- Pues tienes a uno delante- Oiane lo mir? de arriba a abajo.
- Pero, es subrealista.
- Tú eres una vampira.
- Si, claro- dijo sarcasticamente.
- Esta noche lo descubrir?s todo.
- Espera, est? noche no puedo, viene mi primo a la una...- se qued? pensando. Todo encajaba. Que su primo no saliera a la luz del dia, que tuviera esas ojeras, que su piel fuera tan clara. Sin embargo, no se creia que Andr?s fuera un lic?ntropo.
- ¿Ahora me crees?
- Pero... es imposible...
- Somos unas especies mas desarrolladas que los humanos. Podemos hacer cosas con las que ellos sue?an. Te contar? una historia:
<<Hace unos cuantos a?os, en el mundo, los vampiros y los hombres lobo se odiaban. Era una guerra interminable, y a la vez muy il?gica. Cada raza tenía un proyecto para el futuro diferente, y eso no les gustaba. Cada día que pasaba, mas se odiaban, haciendo el mundo mas horrible de lo que ya era. El rey de los vampiros tenía una hija y el rey de los hombres lobo un hijo. La primera vez que se vieron en una de las reuniones de sus padres, se enamoraron. Se veian todas las noches, y le demostraban su amor a la luna, tú ya me entiendes. El alba les sorprendi? una de esas escapadas, y la princesa muri? a manos de los rayos de sol. El rey vampiro lleg? y vio el cuerpo calcinado de su hija, mont? en colera y mand? que torturaran al principe hasta la muerte. Las fuerzas le fallaron y muri? a manos de los vampiros.
Cada clan tenía su versi?n de los hechos: la de los vampiros era que el peque?o lic?ntropo había matado a la princesa a petici?n de su padre, la de los hombres lobo era que habían asesinado al sucesor del rey sin ninguna raz?n aparente. Como las dos razas eran muy tercas, no se escuchaban entre si y por eso ahora cada clan tiene su propia versi?n de los hechos>>
A la hora de estar volando, Tomy ya había llegado a su destino, la azotea de la casa de su prima. Tenía la boca reseca y el pelo despeinado. <<Nuevo look>> pens? alegremente. Se dio cuenta de que no había comido nada desde que había salido de su casa, vio un nido de gorriones y decidi? que esa iba a ser su cena. Se movi? sigilosamente y se puso en la direccion contraria al viento. Se acerc? a su presa y salt? sobre el nido. <<No hay nada>>. Las tripas le sonaron y el se meti? las manos en los bolsillos para calmarse el estomago. En su interior, un billete de 100 pesos muy arrugado se ocultaba entre el doblez. Ech? a volar otra vez y sobrevol? el barrio en busca de una tienda de comestibles. Volaba a una altura considerable, para no ser descubierto por los humanos. Aterriz? detr?s de unos arbustos que cercaban la entrada a una tienda y entre la penumbra, entro en la tienda.
Mira por donde cruzas, ni?a tonta- dijo el conductor.
Oiane lade? la cabeza y solo le vio mover los labios. Sigui? andando, con las manos en los bolsillos, la mirada clavada en el suelo y el pelo casta?o cubri?ndola el rostro.
No le importaba mucho lo que sus compa?eros decían de ella, pero hoy se habían pasado.
Estaba en el recreo, sola, como todos los días. No estaba triste pero tampoco contenta, simplemente estaba sentada en el suelo mirando al cielo. Un a?o atr?s habría estado contenta de empezar la secundaria; pero ahora era el 4 de julio del 2007 y allí estaba, mirando la lluvia caer del cielo, viendo como las nubes lloraban, igual que su alma.
Son? la campana y todos subieron a clase, armando un gran escandalo por el pasillo. Lleg? a su clase y en su sitio faltaba algo,
Un grupo de chicos miraba por la ventana, pero de reojo tambi?n la miraban a ella. Oiane se hizo paso a trav?s de ellos y mir? por ella. Estaban en el segundo piso y en el suelo quedaban los restos de una mochila calcinada. De SU mochila. Mir? a todos y sin alterarse sali? al pasillo y hecho a corre a por entre los pasillos
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Cruz? por un sem?foro, y sigui? la calle. Record? todo lo que le habían hecho en lo que llevaban de curso. Se cruz? con un grupo de hombres que se quedaron mir?ndola y silbaron. Ella seguía escuchando su música, ajena a todo lo que pasaba a su alrededor, prefiriendo olvidarlo.
Solamente quería caminar, y escuchar su musica
Todo había cambiado al empezar ese curso, desde que le gustaba la música heavy y ella era heavy. Estaba segura de que desde ese cambio todos habían decidido meterse con ella, pero no iba a dejar de serlo por una pandilla de imb?ciles. Antes de serlo no tenía amigos, simplemente era una joven mas, una chica que jugaba al fútbol con los hombres. Pero desde ese cambio ya no la dejaban jugar. Estaba harta de ellos, de ellas y de todo el mundo. Seguía caminando por la calle, esquivando los charcos que se acumulaban en al suelo. Mir? al cielo que se volvía a cubrir de nubarrones que amenazaban con mas lluvia. Llevaba unas dos semanas lloviendo. La canci?n se acab? y empez? el poema de la lluvia triste, pas? la primera estrofa y empez? a sonar el estribillo:
“Llorar es purgar la pena,
deshidratar todo el miedo que hay en ti,
es sudar la angustia que te llena,
es llover tristeza para poder ser feliz.”
Oiane cantaba la canci?n, susurrando cada palabra y escuchando la letra. No solía llorar por tonterías, pero aquello no era una tontería y las lagrimas no querían quedarse en sus ojos. Una de ellas se desliz? por sus mejillas, nubl?ndola la vista. Se detuvo y busc? un banco donde sentarse. De haber tenido mochila la habría tirado a un extremo del banco, pero no tenía... Se acord? de eso y solloz? con mas fuerza. No era la perdida de la mochila lo que tanto la afectaba, si no QUIEN lo había hecho. Arkaitz era el responsable de sus lagrimas. Ese estúpido chico que no la hacia ni caso y solo se limitaba a molestarla. Oiane solloz? de nuevo, cubri?ndose la cara con las manos. Arkaitz la gustaba desde primero y en segundo seguía sintiendo lo mismo. Comenz? a llover, las gotas caían desde el cielo con mayor fuerza, Oiane se levant? del banco y se dirigi? a su casa.
Meti? la llave en la cerradura y la gir? para abrirla, pero antes se sec? los ojos con las mangas. Su madre dormía pl?cidamente en el sof?, la tele estaba encendida y se veía un programa de cocina. se fue a su habitaci?n y encendi? la computadora, el ruido del motor se extendi? en el aire. Oiane se tir? a la cama y suspir?, aguant?ndose las ganas de llorar e intentando pensar en otra cosa. En la pantalla apareci? un mensaje nuevo, de su primo.
“Esta noche abre la ventana a la una, no te duermas”
Su primo era un wei extra?o, tenía bastantes amigos, pero entre ellos dos había una conexi?n especial. Se veían poco, por que ?l vivía en saltillo, pero hablaban todos los días por el msn. “¿Para que querr? que abra la ventana a esas horas?”. Oiane se encogi? de hombros y puso el reproductor de música, lo puso bajito, para no despertar a su madre, ignorando que nunca mas volvería a despertar. Comenz? a sonar Desde mi cielo, de Mägo de Oz, mientras que iniciaba sesi?n en el msn, cantaba la canci?n. Había una persona conectada, alguien que le había agregado y que no sabia quien era. Nunca había hablado con ella, agrand? el cartelito y salud? a aquella persona, le respondieron el saludo y pregunt?:
- ¿Qui?n eres?
- Me conoces.
- Pero ¿Quien eres?
- Te observo. Desde que te vi me gustaste- de haber sido en otras condiciones la habría halagado, pero seguro que era alguna broma pesada de sus compa?eros. Estaban en computacion y algunos se conectaban.
- ¿Qui?n eres?
- No se, dímelo tú.
- ¿C?mo quieres que lo sepa?
- Te observo- al momento que se desconect?.
La chica seguía impasible, nada le afectaba ya. Decidi? ir a despertar a su madre, abri? la puerta y se dirigi? ala sala. Vio a su madre en el sof? y se arrodill? al lado suyo.
- Mam?, he vuelto de la escuela- su madre no respondi? y su hija la meci? suavemente para despertarla- ¿Mam?? contesta, no tiene gracia- su madre estaba inerte, con el rostro muy p?lido y con una leve sonrisa. “Estar? so?ando algo bonito” pens? Oiane. Entonces vio, un hilo de sangre resbalar del sof? hasta el suelo. Destap? a su madre y vio un agujero rojo en su estomago, todo el sof? estaba lleno de sangre, pero su madre seguía con esa sonrisa tan siniestra.
- He llamado a la policía, ya vienen para aquí- su padre apareci? por la puerta del sal?n, con las manos detr?s de la espalda y con toda la cara empapada en sudor. Oiane se levant? y lo comprendi? todo, su padre había matado a su madre, por eso ella tenia esos moratones por todo el cuerpo. Ultimamente no paraban de pelearse. La chica se fue corriendo a su habitaci?n con las lagrimas resbal?ndole por la cara, sin poder impedirlo. Había estado aguantando todo, las burlas de sus compa?eros, lo de su mochila, todo lo que la habían hecho antes, las peleas continuas de sus padres. Lo había soportado todo, y no había llorado ni una vez, pero ahora su vida había cambiado y no podía evitar llorar. Sumergi? la cara en un cojín de su cama y grit? con todas sus fuerzas, desahogando todo la pena, la ira y la frustraci?n que tenia dentro.
Llamaron a la puerta de su casa y algo la derrib? destrozando las bisagras. Ella sali? de su habitaci?n para ver como se llevaban a su padre, que no oponía resistencia. Volvi? a la sala y se arrodill? al lado de su madre.
- Te quiero, mama. Siempre te he querido a pesar de todo lo que he dicho- la dio un beso en la mejilla. Uno de los policías había estado observando la escena sin interrumpir el momento.
- Hola, soy Charlie. ¿C?mo te llamas?- sonri? y la puso la mano en el hombro, cosa que la reconfort?.
- Oiane.
- ¿Cu?ntos a?os tienes?
- Trece, ¿a d?nde se llevan a mi padre?
- Al juzgado, tenemos que preguntarle unas cosas.
- ¿Y yo donde voy a ir?
- A casa de alguno de tus familiares.
- Solo tengo familiares en Saltillo.
- Pues te ir?s con ellos.
- De acuerdo- la idea de irse con su primo la consolaba un poco, pero el vacío que tenia en el coraz?n no se lo quitaba nada,
- Danos el tel?fono de tu familia para poder contactar con ellos- la chica se arrastr? por el suelo, escribi? el tel?fono en un trozo de papel y se lo tendi? al policía. Este cogi? el trozo de papel y marc? el numero. Sali? de la sala, dejando a Oiane sola, para que pasara los últimos minutos con su madre. “Me voy con Tomy” pens?, y una sonrisa se poso en sus labios brevemente.
Abraz? a su madre y otra lagrima cayo de sus ojos. Pas? un rato abrazada a su madre, llorando silenciosamente, hasta que entr? Charlie.
- Ma?ana vendr?n a por ti, ¿No tendrías que estar en la escuela?- Oiane le cont? todo lo que la habían hacho sus compa?eros y el policia puso cara de asombro- ¿Y has aguantado tanto?
- Si, al principio solo eran insultos, pero esta ma?ana se han pasado.
- Descansa, ma?ana vendr?n a por ti.
- Son las dos de la tarde.
- Pues haz lo que quieras, pero no puedes salir de tu casa.
Oiane asinti? con la cabeza, se meti? en su habitaci?n y cerr? la puerta. Encendi? la pantalla de su ordenador y el mismo chico que se la había declarado estaba conectado de nuevo.- Me parece muy bien que estes por mi, pero dime de una maldita vez quien eres- Oiane estaba enfadada.
- ¿De verdad quieres saberlo?
- Si no no te lo estaria preguntando.
- Pues mira por la ventana- se levant? deprisa de la silla y se dirigi? a la ventana, se tropezo con un libro que habia en el suelo y cay? de bruces contra el suelo. Abri? la ventana y vi? en la calle al mejor amigo de Arkaitz, Andr?s, con un ordenador portatil en los brazos.
- ¿Pero tú eres tonto? Mira ni?o, dejame en paz.
- Por favor, escuchame al menos, solo te pido que me dejes hablar.
- No tengo nada que hablar contigo.
- Por favor, dejame esplic?rtelo.
- Ya se que esto es una broma de tu querido amiguito. Ademas no estoy de humor.
- No es una broma, me gustas, en serio.
- Si, por eso te reias con todos los demas.
- Yo nunca me he reido de lo que te hacia Arkaitz, es mas, le decia que te dejara en paz- Oiane lo pens? y se dio cuenta de que era verdad.
- ok, tienes razon, pero ahora no estoy de humor.
- ¿Puedo subir y hablamos arriba?
- Mejor que no pases por la entrada.
- No me hace falta- aquel chico que se estaba haciendo un hueco en el coraz?n de Oiane, dio un salto y se puso en el alfeizar de la ventana. La chica lo mir? como si fuera de otro planeta- tengo muelles en las suelas, ¿Puedo pasar?- ella sabía que algo raro pasaba, pero no hizo ninguna objeccion.
- Claro, no te vas a quedar hay fuera- ?l estaba acuclillado en la ventana y de otro salto se meti? en el interior de la habitacion. Observ? los posters de los chicos que tenia en las paredes y de cada detalle de la habitacion de aquella chica que tanto lo fascinaba- ¿Que pasa, no te gustan los posters?
- Digamos que no son mi estilo.
- ¿Por que has venido aquí?
- He venido para pedirte perdon, yo no queria que Arkaitz te hiciera eso, pero aun así, se lo permití.
- No tienes de que disculparte, ¿Es en serio lo que me has dicho por el messenger?
- Nunca he hablado tan en serio- se qued? pensativa y se sent? en la cama, por que las piernas la empezaron a dejar de responder. Nunca había pensado en Andr?s como algo mas que el amigo del imb?cil que la gustaba, pero ahora que lo pensaba, la idea la agradaba y se di? cuenta de que la gustaba aquel chico mas que Arkaitz.
No me estabas observando cuando me lo has dicho por el messenger, ¿no?
- No, era para darle un poco de misterio al asunto- una sonrisa asom? por sus labios.
- Pues me has asustado de veras, eres malvado.
- Si, ¿Por que tienes las manos rojas?- Oiane se había olvidado de lavarse las manos despu?s de tocar a su madre.
- Pues... yo...- hundi? el rostro entre sus manos y comenz? a llorar.
- ¿Que pasa?- Andr?s se sent? a su lado y la abraz? por la cintura- cuenta, no soporto verte llorar.
- Mi padre... acaba de...- el nudo en el estomago se apretaba cada vez que intentaba decirle algo- la ha matado.
- ¿Que tu padre a matado a quien?
- A mi madre- Andr?s no pudo evitar que su boca se abriera como un resorte.
- ¿Y que ha pasado? ¿Has llamado a la policía?
- Ya lo hizo ?l.
- Lo siento muchísimo, si necesitas algo, dímelo.
- Muchas gracias, Andr?s- ella se lanz? a sus brazos y lo abraz? con fuerza. Él no se lo esperaba, pero cuando reaccion?, la acarici? la cabeza con dulzura.
- Tranquila, estoy contigo- ella se separ? un poco de ?l y lo mir? a los ojos- ¿Con qui?n te vas a quedar?
- Me voy con mi primo- un pu?al se clav? en el estomago de Andr?s.
- Ah, entonces no nos volveremos a ver...
- No, vendr? a verte.
- ¿En serio?- sus ojos se humedecieron- tengo una idea mejor...-
- Me ire contigo - Oiane lo mir? como si hubiera dicho el mayor disparate del mundo.
- Pero tú tienes familia aquí, no los puedes dejar.
- Por fin me haces caso y no te voy a dejar sola en estos momentos.
- Yo... no se que decir.
- Pues no digas nada- ?l se acerc? a ella, la fue besando por el cuello y acabaron unidos por la boca. Cuando se separaron, Oiane dejo escapar un suspiro.
- ¿Era tu primer beso?
- Si- dijo la chica tímidamente, Andr?s sonri? y su mirada se cruz? con la de Oiane- ¿C?mo te vas a ir?
- Corriendo. El chico sonri? de nuevo al ver la cara que había puesto la otra.
Tomy dormía de día. En su habitaci?n todo estaba oscuro y de las vigas colgaban objetos extra?os. La viga del centro era la mas robusta, allí era donde dormía. Se colgaba por las piernas y cruzaba los brazos por el pecho. Su piel era super clara, por que intentaba que la luz del sol le diera lo menos posible, sus ojos marrones destacaban en su rostro. El pelo casta?o le colgaba cuando dormía, como aquel aspecto le gustaba, siempre se lo ponía de punta. Sus labios eran rojos, como la sangre que tanto le gustaba.
Le gustaba vestir de negro, y como su prima ?l tambi?n era heavy, pero tiraba hacia un rollo mas siniestro. Sus padres lo aceptaban todo, pues sabian lo difícil que era ser un vampiro con esa edad. Su prima no sabía nada del asunto.
- Tomasito, lev?ntate enano- Ana, su hermana de 20 a?os entr? en la habitaci?n.
- Ya estoy despierto y no me llames enano.
- Te gano por 6 a?os, eres un enano.
- Vete a la mierda- la chica cerr? la puerta y dejo a Tomy colgado de la viga, con el pelo de punta. Tras dar una maroma, cay? al suelo sin hacer un solo ruido. Se dirigi? al espejo y olvid? un peque?o detalle.
- siempre se me olvida- había empezado la ma?ana de mal humor y lo de no poder verse en el espejo no mejoraba mucho la situaci?n. Como quería verse el pelo, cogi? la c?mara y se hizo una foto. Las ojeras le inundaban el rostro, d?ndole un aspecto terrorífico- ¡Que bien! Parezco un zombie- se llen? el pelo de gel y sali? del ba?o azotando al puerta.
- Tomy, deja de dar golpes.
- Si
- Tu misma has dicho que eras mas mayor que yo, por lo tanto ese nombre te va perfecto.
- Eres un imb?cil con ojeras.
- Tú una imb?cil con pecas- el vampiro sonri? al ver que la otra no contestaba. Se dirigi? al computadora y lo encendi?. No tenía ningún mensaje nuevo y eso le preocup?. <<¿Lo habr? recibido?>> pens? un tanto preocupado.
La poca luz que entraba a trav?s de la ventana, cubierta por una cortina negra, se fue atenuando hasta que desapareci? por completo. <<Es la hora>> se dirigi? a la ventana, la abri? y se tir? al vacío . Se dejo caer unos cuantos metros, disfrutando del viento que le recorría por el cuerpo a una velocidad de v?rtigo. Cuando le faltaban unos metros para impactar contra el suelo, alz? las alas y subi? a trav?s del viento. Cogi? una velocidad de v?rtigo, si seguía así, en una hora habría llegado, pero todavía eran las siete de la tarde y ?l había quedado con su prima a la una de la madrugada.
<< Me dar? una vuelta por allí, a ver si ligo algo>> en su boca se dibuj? una sonrisa, y pens? en la cara de tonto que tendría, cosa que le hizo gracia y no pudo evitar abrir la boca. El aire le entr? por la boca y le resec? la garganta, le entr? la tos y con las manos se cerr? la boca, que seguía abierta a causa de la potencia del viento. <<La última vez que abro la boca>>
¿Como vas a ir hasta alla corriendo?- Oiane se estaba aguantando la risa.
- No te rias- sin embargo, Andr?s no se reia.
- Ok lo siento, pero tardarias un mont?n en ir hasta allí. Esta demasiado lejos.
- Nada esta demasiado lejos para un hombre lobo.
- ¿Que?- la chica lo miraba extra?ada.
- Lo que has oido, soy un hombre lobo.
- Si claro, y yo una vampira, no mames

- En serio. Esta noche hay luna llena. ¿Como te crees que he podido llegar hasta la ventana?
- ¡Por supuesto que no! Pero los hombre lobo no existen.
- Pues tienes a uno delante- Oiane lo mir? de arriba a abajo.
- Pero, es subrealista.
- Tú eres una vampira.
- Si, claro- dijo sarcasticamente.
- Esta noche lo descubrir?s todo.
- Espera, est? noche no puedo, viene mi primo a la una...- se qued? pensando. Todo encajaba. Que su primo no saliera a la luz del dia, que tuviera esas ojeras, que su piel fuera tan clara. Sin embargo, no se creia que Andr?s fuera un lic?ntropo.
- ¿Ahora me crees?
- Pero... es imposible...
- Somos unas especies mas desarrolladas que los humanos. Podemos hacer cosas con las que ellos sue?an. Te contar? una historia:
<<Hace unos cuantos a?os, en el mundo, los vampiros y los hombres lobo se odiaban. Era una guerra interminable, y a la vez muy il?gica. Cada raza tenía un proyecto para el futuro diferente, y eso no les gustaba. Cada día que pasaba, mas se odiaban, haciendo el mundo mas horrible de lo que ya era. El rey de los vampiros tenía una hija y el rey de los hombres lobo un hijo. La primera vez que se vieron en una de las reuniones de sus padres, se enamoraron. Se veian todas las noches, y le demostraban su amor a la luna, tú ya me entiendes. El alba les sorprendi? una de esas escapadas, y la princesa muri? a manos de los rayos de sol. El rey vampiro lleg? y vio el cuerpo calcinado de su hija, mont? en colera y mand? que torturaran al principe hasta la muerte. Las fuerzas le fallaron y muri? a manos de los vampiros.
Cada clan tenía su versi?n de los hechos: la de los vampiros era que el peque?o lic?ntropo había matado a la princesa a petici?n de su padre, la de los hombres lobo era que habían asesinado al sucesor del rey sin ninguna raz?n aparente. Como las dos razas eran muy tercas, no se escuchaban entre si y por eso ahora cada clan tiene su propia versi?n de los hechos>>
A la hora de estar volando, Tomy ya había llegado a su destino, la azotea de la casa de su prima. Tenía la boca reseca y el pelo despeinado. <<Nuevo look>> pens? alegremente. Se dio cuenta de que no había comido nada desde que había salido de su casa, vio un nido de gorriones y decidi? que esa iba a ser su cena. Se movi? sigilosamente y se puso en la direccion contraria al viento. Se acerc? a su presa y salt? sobre el nido. <<No hay nada>>. Las tripas le sonaron y el se meti? las manos en los bolsillos para calmarse el estomago. En su interior, un billete de 100 pesos muy arrugado se ocultaba entre el doblez. Ech? a volar otra vez y sobrevol? el barrio en busca de una tienda de comestibles. Volaba a una altura considerable, para no ser descubierto por los humanos. Aterriz? detr?s de unos arbustos que cercaban la entrada a una tienda y entre la penumbra, entro en la tienda.
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