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No olvidemos, no los olvidemos

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  • No olvidemos, no los olvidemos

    “Y el olor de la sangre mojaba el aire.
    Y el olor de la sangre manchaba el aire”.
    Poema nahua



    Gustavo Díaz Ordaz nace en Oaxaca el 12 de marzo de 1911. Estudia en el famoso Colegio de Ciencias y Artes, donde imparti? clase Benito Ju?rez y donde tambi?n fue alumno Porfirio Díaz.



    Gustavo Díaz Ordaz


    En la d?cada de los treinta, la familia Díaz Ordaz se traslada a Puebla. Allí, Gustavo vive el cacicazgo de Maximino Ávila Camacho, due?o del estado y hermano de Manuel Ávila Camacho, quien llegar? a presidente. Gustavo conoce allí el poder de la represi?n. Para 1937, Díaz Ordaz trabaja como agente del Ministerio Público. Desempe?a varios cargos públicos antes de formar parte del Congreso Federal, primero como diputado (1943-1946) y despu?s como senador (1946-1952). Es Secretario de Gobernaci?n desde diciembre de 1958 hasta noviembre de 1963, durante el mandato del presidente Adolfo L?pez Mateos. Alcanza la Presidencia de la República el 1 de diciembre de 1964.



    Toda su vida pasa obsesionado por el orden, y esto se manifiesta en una de sus pasiones: armar rompecabezas. Posee cientos de ellos, incluso ?l mismo los construye en su taller particular. Pasa horas armando las piezas; s?lo así se relaja, s?lo así siente que posee el control absoluto.



    Así, Díaz Ordaz concentra en su persona el mayor poder político en M?xico desde que Porfirio Díaz gobern? M?xico.



    Como afirma el historiador Enrique Krauze:

    “Nunca se había respirado un clima de subordinaci?n semejante en el país. La del primer círculo era total y completa: el ej?rcito en pleno, los miles de sindicatos oficiales, las organizaciones campesinas, los 29 gobernadores, los casi 2,328 presidentes municipales, los diputados, todos los senadores, los magistrados: todos se cuadraban ante el Se?or Presidente”.



    Cartel sobre Díaz Ordaz



    El primer gremio en sentir el poder del presidente es el de los m?dicos: Díaz Ordaz reprime el movimiento iniciado en 1964 y que se extiende hasta 1965.



    El Movimiento M?dico de 1965




    Adem?s de desprestigiarlos, ordena que el Cuerpo de Granaderos encabezado por R?mulo S?nchez Mireles entre al Hospital 20 de noviembre, desaloje a los m?dicos huelguistas y empiece a proporcionar servicios m?dicos b?sicos. Los militares toman las instalaciones “rebeldes”. Los casos urgentes son enviados al Hospital Militar.



    La represi?n a los m?dicos



    Díaz Ordaz declara al respecto:

    “El desorden abre las puertas a la anarquía o a la dictadura (…) procederemos en forma prudente, pero vigorosa, contra los responsables”.



    La C?mara de Diputados literalmente aplaude la represi?n durante el primer informe de gobierno.



    Despu?s, en 1966, ocurre el incidente del Diario de M?xico: por un error de imprenta, dos pies de foto aparecen cambiados. Bajo una fotografía del presidente, se publica la frase: “Se enriquece el zool?gico. En la presente gr?fica aparecen algunos de los nuevos ejemplares adquiridos por las autoridades para divertimento de los capitalinos. Estos monos fueron colocados ayer en sus jaulas”.



    Los pies de foto cambiados



    Días despu?s, el peri?dico cabecea: “El presidente Díaz Ordaz ordena la muerte de Diario de M?xico. El peri?dico cierra y nunca vuelve a circular.



    Otros eventos demuestran la mano dura del oaxaque?o: la represi?n del movimiento democratizador del PRI encabezado por Carlos Madrazo; el cese de Arnaldo Orfila Reynal como director del Fondo de Cultura Econ?mica, por haber publicado el libro Los hijos de S?nchez, de Oscar Lewis; la renuncia forzada del rector de la UNAM, el doctor Ignacio Ch?vez; y su sustituci?n por un hombre que se convertir? en protagonista de los dram?ticos eventos por venir: Javier Barros Sierra.



    El Secretario de Hacienda, Antonio Ortiz Mena, afirma: “Díaz Ordaz era de línea dura: usaba el poder”. En sus discursos (que ?l mismo escribe) y en los diarios que lleva durante a?os, así como en sus Memorias, Díaz Ordaz refleja su car?cter de hombre atormentado:

    “Desde aquí es posible sentir cuando el pueblo est? satisfecho, airado, exigente, solidario, indiferente o frío (…) Seamos tolerantes hasta el límite, pero seamos firmemente intransigentes en la defensa de los principios (…) por sobre todas las cosas hay que salvar la integridad de las instituciones; cuando la ley deba aplicarse con rigor, se aplicar? con todo el que sea necesario”.



    Al respecto dice Enrique Krauze: “Este es el hombre que ‘Adolfito’ (L?pez Mateos) dej? en la presidencia para gobernar M?xico en la m?s rebelde y libertaria de las d?cadas”.



    Manifestaci?n a favor de las minifaldas




    La primera rebeli?n estudiantil: 2 de octubre de 1966
    El primer brote surge en el estado de Michoac?n, en Morelia, su capital. El 2 de octubre de 1966 (dos a?os exactos antes del sacrificio de Tlatelolco), un estudiante originario de Guerrero y afiliado al Partido Revolucionario Institucional, llamado Everardo Rodríguez Orbe, es asesinado.



    El funeral de Everardo Rodríguez Orbe


    En desplegados de prensa, el gobierno del estado acusa a “agitadores profesionales coludidos con extranjeros”. El gobernador es Agustín Arriaga Rivera.



    El gobernador de Michoac?n, Agustín Arriaga Rivera


    Despu?s se sabe que ha sido un accidente, que una bala perdida fue la causante. Pero los estudiantes toman el cad?ver de Everardo y lo pasean por las calles de Morelia, present?ndolo como “víctima del gobierno”. Una manifestaci?n estudiantil cruza toda la ciudad. Exigen la desaparici?n de poderes en el estado.



    Las protestas


    La respuesta del presidente es fulminante: habla con Luis Echeverría Alvarez, entonces Secretario de Gobernaci?n, y le da instrucciones. Echeverría le ordena al general Gastelum (subsecretario de la Defensa Nacional) que envíe tropas a Morelia.



    Luis Echeverría Álvarez y Gustavo Díaz Ordaz


    La noche del 6 de octubre de 1966, llegan los paracaidistas del Ej?rcito Mexicano y sitian Morelia. Desfilan en su entrada nocturna a la ciudad mientras tocan tambores. Despu?s ocupan la universidad. Los dirige un hombre que se convertir? en el dirigente militar preferido del gobierno: el general Jos? Hern?ndez Toledo. Vestido con casco y uniforme de campa?a, entra en el claustro universitario como si se hallara en medio de una guerra.



    El Ej?rcito entra en Morelia



    El general Jos? Hern?ndez Toledo, brazo ejecutor de la represi?n diazordacista


    “Era triste ver allanado por primera vez al colegio fundado por Vasco de Quiroga, el m?s antiguo en funciones en el continente americano, del que había sido rector Miguel Hidalgo y alumno Jos? María Morelos, el que guardaba la gran biblioteca particular y el coraz?n de Melchor Ocampo”, afirma Jaime Labastida.



    La tropa en la Universidad de Morelia


    Mientras el ej?rcito se apodera de la casa de estudios, el Ministro de Defensa, el general Marcelino García Barrag?n, llama por tel?fono al gobernador para comunicarle que se har? “una limpia de las casas de estudiantes”. Muchos son arrestados; otros se esconden o huyen. Así queda sofocado aquel primer brote de rebeldía juvenil.



    Un a?o despu?s, las mismas escenas se repiten, esta vez en la Universidad de Sonora. Nuevamente el ej?rcito interviene para controlar los des?rdenes estudiantiles. “Se ha protegido el r?gimen jurídico”, dice Díaz Ordaz en su informe de gobierno. “No ejercer el poder que la ley confiere al gobernante es tan nocivo como abusar de ?l. He de repetir: ¡nadie tiene fueros contra M?xico!”



    Mientras esto sucede, en la sierra de Guerrero se preparan dos hombres que, en la d?cada siguiente, protagonizar?n la guerrilla mexicana y ser?n víctimas de la “guerra sucia” de los a?os setenta: Lucio Caba?as y Genaro V?zquez Rojas.



    En "La cultura en M?xico", suplemento de la revista Siempre!, el escritor Carlos Monsiv?is afirma: “1967 ha desempe?ado en la historia privada de M?xico un papel premonitorio o prologal; es a 1968 lo que 1909 fue a 1910”.



    Al comenzar julio, el Presidente Gustavo Díaz Ordaz envía a la C?mara de Diputados una iniciativa de ley para conceder la ciudadanía a los dieciocho a?os; el trasfondo es poder encarcelar a los j?venes antes de que cumplan los 21 a?os.



    M?xico adem?s ha obtenido la sede para los Juegos Olímpicos de 1968. Los medios de comunicaci?n masiva se concentran en ello; los anuncios espectaculares que aparecen en las principales calles del país muestran a la paloma blanca, símbolo de la paz.



    Iluminaci?n alusiva a la Olimpiada


    Se instituye adem?s la Olimpiada Cultural, donde intelectuales y artistas de todo el mundo asisten a M?xico para dar lecturas de poesía, disertar en mesas redondas, montar exposiciones.



    Edecanes de los Juegos Olímpicos de M?xico 68



    El eslogan que se acu?a tiene, sin embargo, un siniestro doble significado, una macabra ambigüedad, aunque nadie parece percibirlo: “Todo es posible en la paz”. En medio de este doble discurso, de la represi?n interna y las fiestas de hermandad externas, el escenario est? listo para que una chispa, cualquier chispa, inicie el fuego que incendiar? al país durante meses y cambiar? para siempre el rostro de M?xico.




    22 de julio de 1968
    Todo comienza con un partido de football callejero. Alumnos de una preparatoria particular incorporada a la UNAM (la Isaac Ochoterena) y de la Vocacional 5 del Instituto Polit?cnico Nacional (IPN), juegan en la Plaza de la Ciudadela, el mismo sitio que 55 a?os antes se cubri? de cad?veres durante los eventos de la llamada “Decena Tr?gica”. Una falta cometida sobre uno de los jugadores desencadena un pleito entre los jovencitos.



    La primera imagen: comienza el Movimiento Estudiantil por un pleito callejero


    Son j?venes que pelean entre ellos, como en cualquier juego callejero en cualquier ciudad del mundo. Los que se enfrentan son dos pandillas: “Los Ara?as” y “Los Ciudadelos”. Son encabezados por Alfonso “El Johnny” Torres Saavedra. Esperan un supuesto ataque de los porros de la preparatoria 5, comandados por “El King Kong” y “El Superman”, quienes nunca llegan.





    23 de julio de 1968
    Las pandillas de “Los Ciudadelos” y “Los Ara?as” se enfrentan con estudiantes de la preparatoria Isaac Ochoterena; tambi?n intervienen estudiantes de las Vocacionales 2 y 5; entre ellos se encuentra “El Tibio” Mu?oz, un clavadista que ser? medallista olímpico unos meses despu?s. Entonces, en vez de que aparezca un maestro o un policía para calmarlos, quienes llegan son los granaderos.



    Comienza la represi?n






    En vez de limitarse a separar a los rijosos, empiezan a golpearlos con sus macanas. Los alumnos de la Vocacional corren a su escuela y los granaderos los persiguen hasta el interior.



    Allí, sin hacer distingo, se ponen a golpear a todos los alumnos que se encuentran. Tambi?n golpean a maestros y maestras que protestan por la agresi?n o simplemente se asoman desde sus aulas para indagar el motivo del ruido y de los gritos.



    La maestra de matem?ticas Marcela Guerrero es golpeada con fuerza desmedida en el patio. La escena aviva la furia estudiantil y retrata el sadismo policiaco, como muchas otras de esa soleada ma?ana.




    Como los estudiantes rechazan la agresi?n, los granaderos utilizan sobre ellos ya no solamente las macanas, sino tambi?n las culatas de sus rifles y les rocían gases lacrim?genos. Hasta piden refuerzos, como si en vez de enfrentarse a jovencitos fueran atacados por terroristas.




    Uno de los j?venes a quienes golpean es el estudiante Ernesto Zedillo Ponce de Le?n, quien 26 a?os despu?s ser? Presidente de la República y jam?s olvidar? ese día.



    La golpiza a Ernesto Zedillo Ponce de Le?n



    Muchos corren por la Plaza de la Ciudadela escapando de los golpes y los gases. Se defienden con gritos, piedras, palos. Tres horas dura la violencia orquestada por doscientos granaderos y una veintena de elementos de la policía secreta, que tambi?n llegan a ver de qu? se trata el asunto.





    Es la primera batalla de una cadena de 72 días de violencia, protestas, marchas, asedios, persecuciones, masacres, terrorismo de Estado, muerte y c?rcel, que forman parte del Movimiento Estudiantil de 1968.


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  • #2
    Los primeros arrestos






    24 de julio de 1968
    Al día siguiente de la agresi?n, los preparatorianos reciben el apoyo de los activistas de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Lejos de amedrentarse, los j?venes de las vocacionales 2 y 5 preparan la protesta contra la represi?n, con el respaldo de otros centros educativos del mismo IPN. La Federaci?n Nacional de Estudiantes T?cnicos (FNET) convoca a una manifestaci?n de protesta. El repudio crece y, sin saberlo, inician el camino al sacrificio.



    Peri?dico de la ?poca



    25 de julio de 1968
    Dos fot?grafos comienzan a registrar el movimiento en sus placas: Armando Lenin Salgado, quien de forma independiente documenta los acontecimientos, y Manuel Guti?rrez Paredes “Mariachito”, quien se desempe?a como fot?grafo personal de Luis Echeverría Álvarez de 1965 a 1971.




    26 de julio de 1968
    Hay dos marchas: la estudiantil convocada por la FNET y la de agrupaciones de izquierda para festejar el decimoquinto aniversario del asalto al Cuartel Moncada en Cuba.



    Al terminar la primera, muchos estudiantes se dirigen al Z?calo y son reprimidos, pero luego se reconcentran en el Hemiciclo a Ju?rez con los integrantes de la segunda marcha. De nuevo atacan los granaderos con gases y aparecen como respuesta las pedradas. Extra?amente, hay piedras en los basureros, colocadas allí estrat?gicamente.



    Orador en el Hemiciclo a Benito Ju?rez



    27 de julio de 1968
    Siguen las amenazas de la policía contra los estudiantes. Se allana el local del Partido Comunista (PC).



    Hay paros en planteles del IPN y de la UNAM en protesta por las agresiones de la policía. Eduardo de la Vega Avila protesta por el hecho.






    28 de julio de 1968
    Los porros (o golpeadores) de la FNET agreden a los estudiantes que custodian la zona de la Preparatoria de San Ildefonso. Se demanda la desaparici?n de la FNET, la indemnizaci?n a heridos y familiares de los muertos, el cese de la policía preventiva, la excarcelaci?n de los detenidos, la desaparici?n de las fuerzas represivas y la derogaci?n del artículo 145 (disoluci?n social), que considera como delitos algunos asuntos políticos. La FNET y la Procuraduría responsabilizan de los des?rdenes a los comunistas y a la izquierda radical.





    29 de julio de 1968
    Dos policías son apresados durante varias horas por estudiantes de la Prepa 7. El transporte público se suspende en el primer cuadro. En la noche se registran choques violentos en la zona de San Ildefonso, en el Centro Hist?rico de la Ciudad de M?xico. La Prepa 1 y las Vocacionales 2, 4 y 7 se solidarizan con el paro.






    30 de julio de 1968
    Gustavo Díaz Ordaz est? de gira por el Pacífico mexicano; lo acompa?a el Secretario de la Defensa, el general Marcelino García Barrag?n. Luis Echeverría Álvarez, Secretario de Gobernaci?n, telefonea al presidente y le describe un escenario dantesco: el país al borde del desastre por causa de los estudiantes.



    Luis Echeverría Álvarez, Secretario de Gobernaci?n



    Echeverría solicita la intervenci?n del Ej?rcito argumentando que la Policía Preventiva del Departamento del Distrito Federal es impotente para someter a los estudiantes, quienes supuestamente alteran el orden en la ciudad y amenazan con asaltar las armerías del centro. Díaz Ordaz le da luz verde.



    Peri?dico del 30 de julio de 1968



    Los soldados salen de sus cuarteles a bordo de jeeps militares y tanques ligeros para tomar las escuelas. Al intervenir los soldados en las Preparatorias 1, 2 y 3, se encuentran tan s?lo con peque?os grupos de j?venes que no saben qu? est? pasando.



    El general Marcelino García Barrag?n


    Los soldados, al mando del general Jos? Hern?ndez Toledo (el mismo que sofoc? las protestas estudiantiles en Morelia dos a?os antes), destruyen con una bazooka la puerta colonial barroca de la Preparatoria de San Ildefonso, labrada en el siglo XVIII.



    El bazookazo a la puerta de la Preparatoria



    Entran al edificio a bayoneta calada. Soldados de primera línea intervienen en el Polit?cnico y en la UNAM, sitiando las universidades como si fueran cuarteles enemigos.




    El regente de la ciudad, Alfonso Corona del Rosal, declara a los medios: “Existe un plan de subversi?n y agitaci?n perfectamente planeado (…) en mi opini?n, se trata de elementos del Partido Comunista”.




    El Secretario de Gobernaci?n, Luis Echeverría Álvarez, afirma: “(Condeno) los intereses mezquinos e ingenuos, muy ingenuos, que pretenden desviar el movimiento ascendente de la Revoluci?n Mexicana”.


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    • #3


      Todos los planteles educativos suspenden clases. A una semana del partido de football que termin? en gresca, el problema estudiantil es combatido por el Ej?rcito.





      31 de julio de 1968
      El rector Javier Barros Sierra (nieto de Justo Sierra) protesta por la ocupaci?n de planteles.




      El Comit? de Huelga del Polit?cnico desconoce a la FNET por estar al servicio del gobierno y por traicionar al estudiantado.



      Documento oficial de la Secretaría de Gobernaci?n acerca del bazookaso


      Según el Secretario de Defensa, Marcelino García Barrag?n, Luis Echeverría instruye al rector Javier Barros Sierra para que organice una manifestaci?n de maestros y alumnos, con el fin de justificar la intervenci?n de las fuerzas armadas.



      Los soldados en las calles de la Ciudad de M?xico





      La trayectoria de Javier Barros Sierra, hombre firme en sus convicciones y principios, cuestiona, sin embargo, la versi?n del militar.







      1 de agosto de 1968
      Javier Barros Sierra encabeza la llamada “Marcha del Rector”. 80.000 personas marchan por el sur de la Ciudad de M?xico y terminan en una gran concentraci?n en la explanada de la Rectoría. Durante la marcha, alguien grita una consigna que se convertir? en el lema de las manifestaciones estudiantiles del movimiento: “¡Únete, pueblo!”



      La Marcha del Rector


      A medida que la marcha avanza, la gente se asoma a sus balcones, aplaude y apoya a los j?venes y al rector que los encabeza. La gente grita: “¡Bravo, muchachos, estamos con ustedes!” Los que marchan son sus hijos. Al norte, en la zona del Parque Hundido, los granaderos esperan para enfrentar a los estudiantes y detener la marcha, con la finalidad de que no se dirijan al Z?calo, la gran explanada ubicada frente al Palacio Nacional, la Catedral y el Palacio de Gobierno de la Ciudad de M?xico; el coraz?n político y social del país. Pero los manifestantes se dirigen a la UNAM.




      Una vez allí, Barros Sierra iza a media asta la bandera mexicana y pronuncia un encendido discursos de protesta contra la ocupaci?n militar de los planteles educativos.



      La bandera mexicana izada a media asta en la UNAM


      Todos cantan el himno nacional. En ese lugar surge una frase que define la actitud de los j?venes en las semanas por venir: “Ganar la calle”.




      2 de agosto de 1968
      Son desocupados los planteles educativos. Gustavo Díaz Ordaz declara en Guadalajara que “una mano est? tendida; es la mano de un hombre que a trav?s de la peque?a historia de su vida ha sabido ser leal. Los mexicanos dir?n si esa mano se queda tendida en el aire”. Los estudiantes responden: “A la mano tendida, la prueba de la parafina”.



      La “mano tendida” de Gustavo Díaz Ordaz



      3 de agosto de 1968
      La FNET sigue acusando a los líderes del movimiento de comunistas y provocadores. Lo mismo hace Fidel Vel?zquez (líder de la Confederaci?n de Trabajadores de M?xico), los empresarios y el gobierno. Dicen que los estudiantes tratan de obstaculizar los Juegos Olímpicos.






      4 de agosto de 1968
      Se expide el primer documento conjunto de la UNAM, el IPN, la Universidad de Chapingo y otras escuelas, el llamado “Pliego petitorio”, que contiene seis puntos:



      1. Cese de los jefes de la policía, generales Luis Cueto Ramírez, Raúl Mendiolea y teniente coronel Armando Frías;



      2. Desaparici?n de los cuerpos represivos, entre ellos el Cuerpo de Granaderos;



      3. Deslinde de responsabilidades en los actos de represi?n;




      4. Indemnizaci?n a los deudos de los estudiantes muertos;



      5. Derogaci?n del artículo 145 y 145 bis del C?digo Penal (delito de disoluci?n social);




      6. Libertad a los presos políticos.






      5 de agosto de 1968
      Manifestaci?n de 100.000 personas partiendo de Zacatenco al Casco de Santo Tom?s.




      Se da un plazo de 72 horas para la soluci?n de las demandas, en caso contrario se ir? a la huelga nacional.


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      • #4




        Se plantea la unidad con la clase obrera y otras fuerzas del pueblo y se intensifica el volanteo: la repartici?n de propaganda a cargo de brigadas formadas por estudiantes, que recolectan dinero.



        Contingentes llegan al Ángel de la Independencia





        6 de agosto de 1968
        La FNET acusa a los líderes del Comit? de Huelga del Polit?cnico de estar penetrados por la CIA y el comunismo. El director del IPN invita a los “verdaderos maestros y estudiantes a normalizar la situaci?n”.




        8 de agosto de 1968
        Se forma el llamado Consejo Nacional de Huelga (CNH), integrado por representantes estudiantiles de varias casas de estudio, no solamente de la Ciudad de M?xico, sino de varias partes del país: Chapingo, el Colegio de M?xico, la UNAM, el IPN, la Universidad Iberoamericana, la Universidad La Salle y las universidades de provincia. El CNH ser? en adelante el organismo que se enfrente al gobierno.



        Días despu?s surgir? la Coalici?n de Maestros, que los apoyar? y secundar?. Se plantea el desconocimiento de la FNET, se propone abrir perspectivas de libertad sindical, gestionar la semana de 40 horas, establecer control de precios y salarios a trav?s de comit?s populares y supervisar el reparto agrario mediante comit?s campesinos.



        Líderes del CNH: F?lix Lucio Hern?ndez Gamundi


        Destacan como líderes del CNH los estudiantes Luis Gonz?lez de Alba, Salvador Martínez della Roca "Pino", Luis Tom?s Cervantes Cabeza de Vaca, Florencio L?pez Osuna, Roberto Escudero, Roberta Avenda?o Martínez "Tita", S?crates Amado Campos Lemus, Raúl Álvarez Garín, Eduardo Valle Espinoza "Búho", Ana Ignacia Rodríguez "Nacha", F?lix Lucio Hern?ndez Gamundi, Marcelino Perell?, Genaro Estrada, Roberto Escudero, Gilberto Guevara Niebla y Gustavo Gordillo, así como S?crates Amado Campos Lemus, quien es un agente infiltrado por el gobierno.



        Líderes del CNH: Eduardo Valle Espinoza “Búho”



        13 de agosto de 1968
        Se efectúa una manifestaci?n con m?s de 100.000 personas, que parten del Casco de Santo Tom?s al Z?calo. Se demanda la soluci?n del pliego petitorio y se repudia a la FNET. Se gritan consignas que dicen: “¡Libros sí, bayonetas no!”; “¡Libros sí, granaderos no!”; “Al hombre no se le doma, se le educa”; “Estos son los agitadores: ignorancia, hambre y miseria”; y “¡M?xico, libertad! ¡M?xico, libertad!”



        Se acuerda ampliar el Movimiento Estudiantil a las f?bricas y a las colonias populares. Se lanzan brigadas a Cuautitl?n, Tlalnepantla y las zonas ferrocarrileras.



        Documento Confidencial del Ej?rcito Mexicano acerca del “Plan Brigada”



        14 de agosto de 1968
        Un líder estudiantil llamado Áyax Segura, infiltrado por el gobierno, sugiere la creaci?n de “columnas de seguridad”: grupos de choque formados por estudiantes armados. Su propuesta es recibida con abucheos y rechazada de inmediato: hacer eso le hubiera dado al gobierno el pretexto ideal para intervenir.



        Líderes del CNH: Áyax Segura, agente del gobierno



        15 de agosto de 1968
        El MURO, organizaci?n gansteril de derecha, lanza consignas anticomunistas contra el Movimiento. A pesar de ello, el Consejo Universitario apoya las demandas estudiantiles. Se organizan festivales de música en la UNAM y brigadas a las zonas populares.



        Manifestaci?n del MURO




        16 de agosto de 1968
        Intensas actividades en brigadas en distintos puntos de la Ciudad de M?xico. Se denuncia al gobierno y al charrismo sindical.






        La Asamblea de Artistas e Intelectuales se integra al Movimiento por medio de Juan Rulfo, Manuel Felgu?rez, Jos? Revueltas, Jaime Augusto Shelley, Jorge Mondrag?n y Carlos Monsiv?is. El Muro sigue pidiendo la represi?n “contra los comunistas”.



        Líderes del CNH: Gilberto Guevara Niebla



        17 de agosto de 1968
        Las interminables peroratas ideol?gicas en las reuniones del CNH son interrumpidas por una palabra que en adelante se volver? fundamental: “¡Concretito!”, aludiendo a la necesaria brevedad en los mensajes de los líderes estudiantiles.



        El escritor Jos? Revueltas incita a los estudiantes diciendo: “El (asalto al) Cuartel Moncada empez? con mucho menos”. Pero los j?venes no le prestan atenci?n: ellos no desean la violencia, sino una lucha pacífica. Luis Gonz?lez de Alba, uno de los líderes del movimiento, recordar? a?os despu?s: “Un día, Jos? Revueltas intent? leerle al CNH lo que era su proyecto socialista, que se llamaba ‘Democracia Cognoscitiva’. Nadie ahí sabía claramente qu? era la democracia, pero lo cognoscitivo nadie, absolutamente nadie. Pepe llevaba un f?lder de sesenta, ochenta, cien cuartillas. El resultado fue que lo bajaron al minuto y medio a chiflidos. Decían: ‘¿Y este viejito barbas de chivo, ¿de qu? habla?’ Al minuto y medio de Marx y qui?n sabe qu? otros nombres desconocidos, empezaron los murmullos y Pepe estaba abajo”.



        El escritor Jos? Revueltas



        18 de agosto de 1968
        Los estudiantes piden un di?logo público con los diputados y se intensifica el brigadeo y la repartici?n de volantes, con la finalidad de contrarrestar a la “prensa vendida, que enga?a y calumnia”.





        19 de agosto de 1968
        En la Facultad de Ingeniería, se reúnen el ingeniero Heberto Castillo y Marcelino Perell?, quien va en silla de ruedas. Tambi?n el joven orador Salvador Ruiz Villegas. “Esa fue la ?poca de oro del Movimiento, del 12 al 27 de agosto”, afirma Salvador Martínez della Roca “Pino”. Los dirigentes estudiantiles consultan todas las decisiones con sus bases.






        Utilizan el mime?grafo para imprimir sus volantes y sus proclamas. Luis Gonz?lez de Alba menciona: “Toda la noche tirado en un pasillo de Ciudad Universitaria donde dormía, oía yo el ruido del mime?grafo imprimiendo volantes”.


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        • #5
          20 de agosto de 1968
          El gobierno se niega a enviar representantes a hablar públicamente con los estudiantes. Ningún diputado acude al debate. Los temas propuestos son: “¿Hubo o no brutalidad por parte de los cuerpos policíacos contra los estudiantes, maestros y ciudadanos? ¿Hubo o no violaci?n a la Constituci?n? ¿Son justas y operantes las demandas del Movimiento? ¿Qu? soluci?n plantean ustedes (diputados y senadores) al presente conflicto, de manera que sean operantes para su r?pida soluci?n?”






          Uno de los oradores es el joven estudiante Diego Fern?ndez de Cevallos, quien afirma en su intervenci?n: “El Movimiento toc? al fin uno de los tabúes de M?xico: el del presidencialismo”.



          El joven orador Diego Fern?ndez de Ceballos



          21 de agosto de 1968
          En el programa televisivo Anatomías, transmitido en vivo y conducido por Jorge Salda?a, los participantes, Heberto Castillo, Ifigenia Martínez y Víctor Flores Olea, defienden a los estudiantes.




          “El Movimiento Estudiantil no tiene prop?sitos de subversi?n del orden institucional. Los líderes estudiantiles est?n dispuestos a entablar un di?logo con las m?s altas autoridades”, afirma al aire Heberto Castillo. La censura no se hace esperar.



          Líderes del CNH: Roberto Escudero



          22 de agosto de 1968
          Mientras los tanques rusos entran en Checoslovaquia y aplastan la “Primavera de Praga”, en M?xico el Secretario de Gobernaci?n, Luis Echeverría Álvarez, se comunica por vía telef?nica con miembros del CNH y les informa que “el gobierno est? dispuesto a examinar, en uni?n de los sectores interesados, por conducto de funcionarios competentes en las respectivas esferas, los puntos de vista de los aut?nticos maestros y estudiantes”.



          Propone un di?logo sereno y se manejan los nombres de quienes estar?n presentes: el propio Luis Echeverría; el Procurador de la República; y el escritor Agustín Y??ez, Secretario de Educaci?n. Los estudiantes piden fijar la fecha, hora y lugar, con la única condici?n de que el di?logo sea público.




          Heberto Castillo insiste en que deben estar presentes la radio, la televisi?n y los peri?dicos.



          El ingeniero Heberto Castillo



          23 de agosto de 1968
          La Secretaria de Gobernaci?n comunica que acepta el di?logo público y el CNH exige que esta aceptaci?n sea difundida. Se anuncia que el 27 habr? una manifestaci?n que culminar? en un mitin en el Z?calo y que algunos estudiantes se quedar?n en el lugar.




          En las barracas del Estado Mayor Presidencial, a cargo del general Luis Guti?rrez Oropeza, instructores militares estadounidenses capacitan a oficiales en defensa personal y manejo de explosivos.



          Manifestaci?n contra la invasi?n a Checoslovaquia




          26 de agosto de 1968
          El CNH informa que se han iniciado contactos con la Secretaría de Gobernaci?n para organizar el di?logo. Tambi?n se han organizado comisiones para plantear las demandas al gobierno. Se plantea que se establecer?n en el Z?calo guardias permanentes “hasta que se resuelva el conflicto”. Se dice que en dieciocho estados se apoya al Movimiento.



          En una manifestaci?n, se portan mantas que dicen: “Soldado, no dispares, tú tambi?n eres el pueblo”; “La imaginaci?n al poder”; “Prohibido prohibir” y “Entre m?s hago la revoluci?n, m?s ganas me dan de hacer el amor; entre m?s hago el amor, m?s ganas tengo de hacer la revoluci?n”. Ante esta última frase, el presidente Díaz Ordaz comenta en privado: “¿Har?n el amor tan mal como hacen la revoluci?n?”




          27 de agosto de 1968
          Manifestaci?n de los H?roes y Toma del Z?calo. Según el peri?dico El Día, m?s de 400.000 personas asisten a la manifestaci?n en demanda de la resoluci?n del pliego petitorio



          Memorandum confidencial militar con instrucciones sobre la marcha del 27 de agosto


          Parten del Museo de Antropología y llevan retratos de Emiliano Zapata, Miguel Hidalgo, el Ch? Guevara y Demetrio Vallejo.




          El Movimiento se deja llevar por la emoci?n del momento; se radicaliza y comete los excesos verbales que terminan por hundirlo.



          La c?lebre fotografía de H?ctor García


          Los asistentes gritan: “¡No queremos Olimpiada! ¡Queremos revoluci?n!” “No queremos el Informe, s?lo queremos la verdad!” “Veterinaria... ¡Presente! Vacune a su granadero” “¡Respeto a la Constituci?n!” y “¡Nos levantaremos cuando nos d? la gana!”.



          Cuando llegan al Z?calo, los estudiantes gritan insultos frente al Palacio Nacional. El escarnio contra el presidente Díaz Ordaz llueve; la multitud le grita a coro: “¡Sal al balc?n, chango hocic?n!”; “¡Díaz Ordaz, buey buey buey!”




          Los estudiantes entonan, con la melodía de una canci?n de Francisco Gabilondo Soler “Cri Cri”, una nueva ofensa al presidente:

          “Di por qu?, dime Gustavo,
          di por qu? eres cobarde,
          di por qu? no tienes madre,
          dime Gustavo por qu?”
          .




          Se lee la lista de nombres de 87 detenidos y una carta de Demetrio Vallejo. Un policía se sube a la tribuna, afirma que ?l es un hombre con dignidad, se quita el uniforme y lo pisotea, llorando. Roberto Escudero toma el micr?fono y habla acerca de “la tiranía, la dictadura y la injusticia”; exige que Díaz Ordaz comparezca ante el pueblo. Varios estudiantes piden permiso en la Catedral y, con la autorizaci?n de la Mitra, lanzan las campanas al vuelo.


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          • #6
            Las campanas de la Catedral Metropolitana, tocadas por estudiantes


            Alguien dice en el mitin que el di?logo debe efectuarse el 1º de septiembre en el Z?calo. Se canta el Himno Nacional Mexicano. En el centro del Z?calo es izada una bandera rojinegra que s?lo es arriada hasta que la mayor parte de los reunidos abandona el lugar.




            Unos estudiantes intentan quemar la puerta de Palacio Nacional, pero no lo consiguen. Se conforman con hacer pintas y dibujar el rostro del “Ch?” Guevara en las paredes del edificio.








            De pronto, Socrates Amado Campos Lemus, uno de los dirigentes del CNH y quien en realidad es un agente infiltrado por el gobierno, toma el micr?fono y arenga a la multitud: “¿Verdad que nos vamos a quedar aquí hasta el primero de septiembre, compa?eros?” La multitud ruge un "¡sí!" un?nime. Otros líderes se miran entre sí, estupefactos. Aquello no ha sido planificado ni acordado, es una provocaci?n, sobre todo porque el primero de septiembre es el informe del Presidente. Pero no pueden contradecirse entre sí. De inmediato se forman campamentos en la plancha del Z?calo. Un rato despu?s, las puertas de Palacio Nacional se abren para dejar salir, no a representantes del gobierno dispuestos a dialogar, sino a tanques de guerra repletos de soldados.



            Tanques de guerra saliendo del Palacio Nacional rumbo al Z?calo



            28 de agosto de 1968
            A la una de la madrugada, fuerzas del ej?rcito, policía y bomberos desalojan a las guardias del Movimiento Estudiantil que permanecen en el Z?calo.



            El Ej?rcito toma el Z?calo







            Tres mil estudiantes son replegados por el ej?rcito que los persigue y golpea a culatazos. A partir de ese momento, las autoridades responden con represi?n a toda actividad estudiantil.




            La gente observa con asombro el despliegue de fuerzas militares: tanques de guerra, pelotones, armas de alto poder. Parece que la Ciudad de M?xico vive una guerra y no un simple movimiento ciudadano.







            El gobierno organiza en el Z?calo —con miles de bur?cratas acarreados, que balan como borregos mientras van en los camiones— una ceremonia oficial de “desagravio a la bandera”, ceremonia que tambi?n termina en protestas y represi?n.



            Bandera rojinegra izada por los estudiantes



            La ceremonia forzada de desagravio a la bandera






            29 de agosto de 1968
            Los granaderos impiden un mitin en la Plaza de las Tres Culturas. Heberto Castillo es golpeado salvajemente.







            31 de agosto de 1968
            El CNH protesta contra la represi?n desatada y pide que cese el virtual estado de sitio en la Ciudad de M?xico. Reafirma que no se tratar? de boicotear los Juegos Olímpicos y se?ala que no se permitir?n intermediarios en las conversaciones con las autoridades. La Vocacional 7 y la Pre Vocacional 4, en la Unidad Habitacional Nonoalco Tlatelolco, son agredidas por civiles paramilitares.




            1 de septiembre de 1968
            En su IV Informe de Gobierno, el presidente Gustavo Díaz Ordaz denuncia un intento de boicotear los Juegos Olímpicos.



            Tambi?n se?ala que no ha habido violaci?n a la autonomía universitaria y advierte que puede disponer de la totalidad de la fuerza armada y que llegar? hasta donde est? obligado a llegar. “Hemos sido tolerantes hasta excesos criticados, pero todo tiene un límite y no podemos permitir ya que se siga quebrantando irremisiblemente el orden jurídico, como a los ojos de todo el mundo ha venido sucediendo (...) La injuria no me ofende, la calumnia no me llega, el odio no ha nacido en mí (...) ¡Qu? grave da?o hacen los modernos fil?sofos de la destrucci?n, que est?n en contra de todo y a favor de nada!”, afirma, refiri?ndose al fil?sofo Herbert Marcuse.



            El Cuarto Informe de Gobierno de Díaz Ordaz



            2 de septiembre de 1968
            El CNH indica que no dialogar? con la presi?n de los tanques y las bayonetas, y pide que se retiren de las calles las fuerzas armadas. El escritor Carlos Fuentes afirma: “Criticar al C?sar no es criticar a Roma. Criticar a un gobierno no es criticar a un país”.



            Miembros del CNH durante una entrevista



            3 de septiembre de 1968
            El CNH, en un manifiesto, responde al Informe del Presidente de M?xico: “No estudiamos con el prop?sito de acumular conocimientos est?ticos. Nuestra causa como estudiantes es la del conocimiento militante, el conocimiento crítico que impugna, refuta, transforma y revoluciona la realidad”.



            Aulas rebautizadas en la UNAM



            7 de septiembre de 1968
            Mitin de 25.000 personas en Tlatelolco.



            Líderes del CNH: Luis Tom?s Cervantes Cabeza de Vaca




            8 de septiembre de 1968
            El CNH pide al Ejecutivo que defina si acepta o no el di?logo, y que deje las soluciones parciales, burocr?ticas y legalistas. Se niega la libertad a Demetrio Vallejo, Valentín Campa y a otros. Se reúnen abogados a discutir el 45 y 45 bis del C?digo Penal.





            9 de septiembre de 1968
            El rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, manifiesta que “las demandas han sido satisfechas en lo esencial por el ciudadano Presidente de la República en su último informe” y pide que se restablezca la normalidad. Convoca al regreso a clases.



            Líderes del CNH: Roberta Avenda?o “La Tita” (al centro)



            10 de septiembre de 1968
            El CNH rechaza la posici?n del rector afirmando que est? condicionada por presiones y decide seguir en huelga hasta que sea resuelto el pliego petitorio. Cinco senadores piden que se disponga del ej?rcito, la aviaci?n y la marina “en defensa de la seguridad interna y externa cuando sea preciso”.




            11 de septiembre de 1968
            Una comisi?n de estudiantes va al poblado de Topilejo, donde los habitantes deciden apoyar al Movimiento cuando los j?venes exigen indemnizaci?n para los muertos en un accidente camionero.



            Diversos graffiti a lo largo del Movimiento Estudiantil











            12 de septiembre de 1968
            Hay helic?pteros que sobrevuelan la ciudad y difunden volantes a nombre de Uniones y Sociedades de Padres de Familia de la UNAM y el IPN, donde se asienta que la manifestaci?n convocada para el día siguiente ser? violentada por el ej?rcito.



            Cartel convocando a un Festival de Gala el 15 de septiembre



            13 de septiembre de 1968
            Manifestaci?n del Silencio. Se calcula que 250.000 personas marchan sin pronunciar palabra o con un tapabocas, del Museo de Antropología al Z?calo. Dura cuatro horas El líder estudiantil y escritor Luis Gonz?lez de Alba recuerda: “Un helic?ptero seguía volando casi al ras de las copas de los ?rboles. Finalmente a la hora se?alada, a las cuatro, se inici? la marcha en absoluto silencio. Salíamos apenas del bosque, habíamos caminado solo unas cuadras cuando las filas comenzaron a engrosarse. Todo el Paseo de la Reforma, banquetas, camellones, monumentos y hasta los ?rboles estaban cubiertos por una multitud que a lo largo de cien metros duplicaba el contingente inicial.



            La Manifestaci?n del Silencio


            “Y de aquellas decenas y despu?s cientos de miles solo se oían los pasos… Pasos, pasos sobre el asfalto, pasos, el ruido de muchos pies que marchan, el ruido de miles de pies que avanzan. El silencio era m?s impresionante que la multitud. Parecía que íbamos pisoteando toda la verborrea de los políticos, todos sus discursos, siempre los mismos, toda la demagogia, la ret?rica, el montonal de palabras que los hechos jam?s respaldan, el chorro de mentiras; las íbamos barriendo bajo nuestros pies. Ninguna manifestaci?n me ha llegado tanto. Sentí un nudo en la garganta y apret? fuertemente los dientes.



            “Con nuestros pasos veng?bamos en cierta forma a Rub?n Jaramillo, a su mujer embarazada, asesinados, a sus hijos muertos, veng?bamos tantos a?os de crímenes a mansalva, silenciados, tipo g?ngster. Si los gritos, porras y cantos de otras manifestaciones les daban un aspecto de fiesta popular, la austeridad de la Silenciosa me dio la sensaci?n de estar dentro de una catedral.


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            • #7
              Líderes del CNH: Luis Gonz?lez de Alba


              “Ante la imposibilidad de hablar y gritar como en otras ocasiones, al oír por primera vez claramente los aplausos y voces de aliento de las gruesas vallas humanas que se nos unían, surgi? el símbolo que pronto cubri? la ciudad y aún se col? a los actos públicos, a la televisi?n, a las ceremonias oficiales: la ‘V’ de ‘Venceremos' hecha con los dedos, formada por los muchachos al marchar en las manifestaciones, pintada despu?s en casetas de tel?fonos, autobuses, bardas. En los lugares m?s ins?litos brotaba el símbolo de la voluntad inquebrantable, incorruptible, resistente a todo, hasta a la masacre que lleg? despu?s. Aún reciente Tlatelolco, la ‘V’ continu? apareciendo hasta en las ceremonias olímpicas, en las manos del pueblo”.



              Mientras la marcha se celebra, 123 vehículos estacionados en las inmediaciones del Museo de Antropología, de donde parte la manifestaci?n, son destrozados por un grupo armado con metralletas y varillas. Nueve autos desaparecen.



              Líderes del CNH: Salvador Martínez della Roca, “El Pino”



              14 de septiembre de 1968
              En el poblado de San Miguel Canoa, un grupo de empleados de la Universidad Aut?noma de Puebla son linchados por los habitantes del lugar, que obedecen instrucciones del sacerdote cat?lico Enrique Meza P?rez, quien afirma que los excursionistas son “comunistas enviados por el demonio”; les cortan las manos a machetazos, los golpean y los queman vivos. Ren? Capistr?n Garza, ex cristero y dirigente de la Liga para la Defensa Religiosa, justifica la actitud del sacerdote y de los linchadores. El Ej?rcito y la policía entran al pueblo.





              15 de septiembre de 1968
              Los estudiantes en lucha celebran el Grito de Independencia en la UNAM (donde lo preside Heberto Castillo en la explanada de la Ciudad Universitaria), en Zacatenco, en el Casco de Santo Tom?s, en el Polit?cnico y en la Vocacional 7.



              Heberto Castillo dando el Grito en la UNAM


              En el Z?calo, en plena ceremonia del Grito, Gustavo Díaz Ordaz recibe silbidos y abucheos de la multitud. Díaz Ordaz empieza a referirse a Heberto Castillo como “El Presidentito”.



              El presidente Díaz Ordaz dando el Grito en Palacio Nacional



              16 de septiembre de 1968
              Sigue el festival artístico en la UNAM. Se presentan cantautores, artistas pl?sticos y escritores.



              El cantante Óscar Ch?vez en la UNAM



              17 de septiembre de 1968
              Agresiones de grupos de choque y porros contra las preparatorias 2 y 7, las Facultades y Escuelas de Economía, Derecho y Medicina. Un estudiante recibe un balazo en una pierna.





              18 de septiembre de 1968
              El ej?rcito ocupa la Ciudad Universitaria. Desaloja estudiantes, funcionarios y empleados de la instituci?n.



              El Ej?rcito entrando a la Ciudad Universitaria








              El despliegue utiliza unos 10.000 soldados. Moviliza tanques ligeros, carros de asalto, transportes militares y jeeps.









              La Secretaría de Gobernaci?n asevera que “los locales habían sido ocupados ilegalmente por personas antisociales y posiblemente delictuosas”.









              19 de septiembre de 1968
              El ej?rcito informa de 1.500 detenidos. Los comit?s de lucha se concentran en Zacatenco. Las fuerzas policíacas disuelven reuniones y tienen enfrentamientos con los estudiantes.







              Marcelino García Barrag?n, Secretario de Defensa, afirma que el Batall?n Olimpia (creado por Manuel Díaz Escobar, quien despu?s formar? el grupo de choque "Los Halcones") dar? seguridad a las instalaciones olímpicas y que actúa a solicitud de la Secretaría de Gobernaci?n.






              El rector exhorta a los universitarios a “que asuman, donde quiera que se encuentren, la defensa moral de la UNAM y a que no abandonen sus responsabilidades”. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) apoya la invasi?n, y expresa solidaridad y confianza en el gobierno. Los empresarios apoyan tambi?n lo que califican como “acci?n de orden”.





              El rector Javier Barros Sierra afirma: “La ocupaci?n militar de la Ciudad Universitaria ha sido un gesto excesivo de fuerza que nuestra casa de estudios no merecía”.



              La protesta del rector Javier Barros Sierra



              21 de septiembre de 1968
              Apoyados por los vecinos, los estudiantes de la Vocacional 7, en Tlatelolco, se enfrentan de las 7 de la noche a las 2 de la ma?ana con la policía. Hay incendios, vehículos volcados, heridos, desmoralizaci?n y titubeos del ej?rcito ante la resistencia.




              El CNH asienta: “Frente a un poder público cada vez m?s reaccionario y desprestigiado, se levanta una lucha cada vez m?s popular y decidida”.





              23 de septiembre de 1968
              El rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, presenta su renuncia irrevocable “por hab?rsenos impedido realizar, al menos en parte, las funciones esenciales de la Universidad, y porque es insostenible mi posici?n como rector ante el enfrentamiento agresivo y abierto con un grupo gubernamental. Estoy siendo objeto de toda una campa?a de ataques personales, de calumnias, de injurias y de difamaci?n. Es bien cierto que hasta hoy procede de gentes menores, sin autoridad moral; pero en M?xico todos sabemos a qu? dictados obedecen”.



              El rector presenta su renuncia



              Estudiantes presos



              En el Casco de Santo Tom?s se desarrolla una cruenta batalla campal entre estudiantes y agentes porque estos demandan la libertad de un policía arrestado al exigir la moralizaci?n de los cuerpos policíacos.



              Arsenal de los estudiantes: simples bombas molotov




              El asalto militar al Casco de Santo Tom?s ocurre tras casi doce horas de combate entre Granaderos y Policía Montada contra estudiantes del IPN que niegan la rendici?n. Es la madrugada m?s sangrienta del Movimiento Estudiantil, en tiempos en los cu?les es peor ser estudiante que delincuente.


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              • #8
                La batalla del Casco de Santo Tom?s




                Al escuchar las tanquetas formarse frente a la Escuela Nacional de Ciencias Biol?gicas, en el cercano Hospital de la Mujer, una enfermera lamenta: “¡Van a matar a los muchachos!”




                La batalla dura desde las 17:00 horas del 23 de septiembre hasta el amanecer del día 24, cuando cae la última trinchera estudiantil, defendida por j?venes con tanto miedo a morir, como a vivir bajo la tortura que espera a los sobrevivientes.




                Los chicos pelean con piedras, palos, resorteras, tubos, bazucas hechizas, bombas de gasolina y balas de clavos. Los operativos culminan con la ocupaci?n de Zacatenco, las vocacionales 7, 6 y 3, cercanas a Santo Tom?s.




                Igor de Le?n, quien es m?dico del Hospital de la Mujer de ese barrio, presencia el combate y veinte a?os despu?s publica el libro La Noche de Santo Tom?s.



                Soldados sentados en pupitres vigilan una escuela



                24 de septiembre de 1968
                Continúa la violencia en el Casco de Santo Tom?s. Hacia las tres de la madrugada el ej?rcito ocupa la zona. Tambi?n toma la Unidad Profesional Zacatenco durante unas horas.




                Nuevos encuentros en la Plaza de la Ciudadela y en las Vocacionales. El jefe de la policía, Luis Cueto, asienta que “los elementos de la jefatura de la policía est?n ya armados y tienen instrucciones de actuar donde sea necesario”. Hay muertos, heridos y detenidos.




                En la UNAM, m?s de 7.000 profesores amenazan con renunciar si se acepta la renuncia del rector.




                25 de septiembre de 1968
                La Junta de Gobierno no acepta la renuncia del rector. Círculos policíacos afirman que se impedir?n todos los mítines. Se apedrean embajadas mexicanas en Santo Domingo, Panam?, Perú, Chile y Francia. En Helsinski se pide que el equipo de ese país no asista a las Olimpiadas.



                Continúan las detenciones






                27 de septiembre de 1968
                Unas 5.000 personas asisten a un mitin en Tlatelolco. La Secretaría de Defensa afirma que se desocupar? la Ciudad Universitaria “cuando las autoridades legítimas lo soliciten”.



                El CNH demanda la salida inmediata de las fuerzas policíacas y militares de los planteles polit?cnicos y universitarios, la libertad de todos los detenidos y el cese absoluto de la represi?n.




                30 de septiembre de 1968
                El ej?rcito desocupa Ciudad Universitaria; hay destrozos en las instalaciones. Ante la campa?a desatada, el CNH reitera de nuevo que no se propone boicotear los Juegos Olímpicos.






                1 de octubre de 1968
                El CNH rechaza el regreso a clases. Anuncia un mitin para el día siguiente en la Plaza de las Tres Culturas, en la Unidad Habitacional de Nonoalco-Tlatelolco, y de ahí una manifestaci?n al Casco de Santo Tom?s para solicitar la desocupaci?n de los planteles.




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                • #9
                  2 de octubre de 1968




                  La masacre de Tlatelolco.




                  Por la ma?ana ambas partes, estudiantes y representantes del gobierno, se reúnen en casa del rector Javier Barros Sierra y acuerdan una nueva reuni?n al día siguiente, 3 de octubre, en la Casa del Lago, dependencia de la UNAM ubicada en el bosque de Chapultepec; asisten Andr?s Caso y Jorge de la Vega, así como tres líderes estudiantiles. Por la tarde, a las 17:30 horas, se celebra un mitin en la explanada de la llamada Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, con la asistencia de entre 5,000 y 10,000 personas. Allí se han celebrado ya ocho mítines.



                  El mitin en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco





                  No hay solamente estudiantes; tambi?n asisten padres de familia, ni?os, vecinos de la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco, transeúntes, vendedores ambulantes y curiosos.



                  Orden de Operaciones del General Jos? Hern?ndez Toledo para Tlatelolco


                  Los estudiantes reparten volantes, hacen colectas en botes con las siglas CNH, venden peri?dicos y carteles, y, en el tercer piso del edificio, adem?s de los periodistas que cubren las fuentes nacionales hay corresponsales y fot?grafos extranjeros, enviados para cubrir los Juegos Olímpicos que iniciar?n diez días despu?s.




                  El Ej?rcito rodea la Plaza, como ha hecho en otras ocasiones; al mando va el general Jos? Hern?ndez Toledo, quien reprimi? a los estudiantes en Morelia, gui? la toma del Colegio de San Ildefonso y ocup? la UNAM.



                  El general Jos? Hern?ndez Toledo en Tlatelolco




                  Desde temprano, se ve a j?venes con el cabello muy corto y un guante blanco (o un trapo del mismo color) en la mano izquierda, ingresar al Edificio Chihuahua; son integrantes encubiertos del Batall?n Olimpia, el grupo paramilitar destinado a cuidar la seguridad durante las Olimpiadas. Van vestidos de civil; se les ha ordenado ir a la plaza sin documentos de identificaci?n, con pistolas cargadas y un guante blanco en la mano izquierda para distinguirse entre ellos.




                  En el Edificio Chihuahua se colocan los oradores estudiantiles. Varios de ellos toman la palabra. Un chico de la UNAM afirma: “El Movimiento va a seguir a pesar de todo (…) Se ha despertado la conciencia cívica y se ha politizado a la familia mexicana”. Los oradores proponen un boicot contra el peri?dico El Sol de M?xico, de Mario V?squez Ra?a.




                  Hace su entrada a la Plaza un grupo de trabajadores que porta una manta: “Los ferrocarrileros apoyamos el Movimiento y desconocemos las pl?ticas Romero Flores-GDO”. Este contingente obrero es recibido con aplausos. El grupo de ferrocarrileros anuncia paros escalonados desde el 3 de octubre en apoyo al Movimiento Estudiantil.




                  A las 18:10, un estudiante apellidado Vega anuncia en el micr?fono que se cancela la manifestaci?n al Casco de Santo Tom?s, para evitar enfrentamientos con las autoridades.




                  En ese momento, varios de los hombres que portan el guante blanco llegan al tercer piso del Edificio Chihuahua portando pistolas; le ordenan a los líderes estudiantiles, entre ellos a Gilberto Guevara Niebla, que se tiren al piso. Los comanda Ernesto Morales Soto, dirigente del Batall?n Olimpia.



                  El Batall?n Olimpia: los hombres del guante blanco






                  En ese momento, dos helic?pteros militares sobrevuelan la Plaza de las Tres Culturas y lanzan una luz verde de bengala; Oriana Falacci, periodista italiana, les advierte a los estudiantes que esa es una se?al de guerra, pero no le hacen caso.



                  Uno de los helic?pteros sobrevolando la plaza


                  Dos bengalas m?s, estas de color rojo, son lanzadas desde las aeronaves. Es el inicio del operativo paramilitar conocido como “Operaci?n Galeana”.



                  Las luces de bengala




                  Es la se?al. Francotiradores apostados sobre el Edificio Chihuahua abren fuego sobre la multitud; tambi?n los integrantes del Batall?n Olimpia, que entran y salen del departamento 209 del Edificio Chihuahua.



                  Comienza la matanza en la explanada




                  S?crates Amado Campos Lemus grita en el micr?fono: “¡No corran, compa?eros, es una provocaci?n!”, pero es ignorado.



                  Líderes del CNH: S?crates Amado Campos Lemus, agente infiltrado por el gobierno, hablando desde el Edificio Chihuahua


                  Guillermo Aulet, quien estaba en la explanada, declara a?os despu?s: “De pronto, vuelvo la mirada hacia la tribuna y ya no est?n los oradores. Aparece un tipo alto, de pelo casta?o claro y ondulado, como de unos treinta y cinco a?os, con un guante blanco en la mano izquierda. Dispara a sangre fría sobre quienes est?n en la tribuna. Voltea hacia la multitud que corre despavorida… y dispara dos veces m?s su pistola con una tranquilidad escalofriante”.






                  Oriana Fallaci, la corresponsal italiana, cae herida de un balazo en la espalda pese a la protecci?n de un estudiante que est? a su lado.



                  La periodista italiana Oriana Falacci y un estudiante caen heridos en Tlatelolco





                  El lugar es rodeado por el ej?rcito, que al igual que el Batall?n Olimpia desata una cruenta balacera contra la multitud. Tambi?n la policía abre fuego.




                  Miembros del Batall?n Olimpia disparan contra los soldados, quienes responden el fuego. Los paramilitares se tiran al suelo, tratando de identificarse ante la soldadesca. Pero otros miembros siguen disparando desde el edificio, usando ametralladoras, pistolas y rifles.



                  Agentes en las azoteas disparando contra el Ej?rcito



                  Elementos del Ej?rcito Mexicano cercan la Plaza de las Tres Culturas. Los soldados marchan por dos costados del lugar con el fusil en posici?n de combate, en ristre, y la bayoneta calada. Toman posiciones en la zona arqueol?gica y a espaldas de la torre de la Cancillería. Un balazo hiere en la espalda al general Jos? Hern?ndez Toledo. Eso recrudece la refriega.



                  Parte militar sobre el balazo al general Jos? Hern?ndez Toledo



                  La periodista francesa Claude Kiejman, corresponsal del peri?dico Le Monde, afirma: “Nunca he visto disparar así sobre la multitud”. Los miembros del Batall?n Olimpia la meten al departamento que les sirve como base de operaciones. La multitud corre hacia el ej?rcito y estos les disparan; huyen hacia el otro lado y se encuentran con la lluvia de balas del Batall?n Olimpia.



                  Muchas personas corren a buscar refugio en la Iglesia de Santiago Tlatelolco, pero las puertas del templo nunca se abren; los franciscanos deciden no dejarlos entrar por temor al gobierno.



                  Hombres y mujeres, j?venes, ancianos y ni?os son masacrados por la fuerza pública. M?s de 1,500 soldados los acribillan con pistolas, metralletas y rifles de alto poder; se disparan m?s de quince mil balas. La emboscada se ha dispuesto de antemano para no permitir la salida de ningún asistente.



                  Los testimonios son sobrecogedores: “La sangre de mi hija se fue en los zapatos de todos los muchachos que corrían por la Plaza”, declara Dolores Verdugo de Solís, madre de familia. La actriz Margarita Nolasco logra salir de la Plaza, abre la ventanilla del taxi que la lleva a su casa y grita a los peatones en la acera, a la altura de la Casa de los Azulejos: “¡Est?n masacrando a los estudiantes en Tlatelolco! ¡El ej?rcito est? matando a los muchachos!” El taxista la reprende: “Suba usted la ventanilla, se?ora, porque si sigue haciendo esto, tendr? que bajarla del coche”. Él mismo cierra la ventanilla.



                  Fragmento de la lista oficial de muertos en Tlatelolco, según la Secretaría de Gobernaci?n


                  Hay centenares de muertos y heridos. Seis c?maras de video instaladas de antemano por el cineasta Servando Gonz?lez, obedeciendo ?rdenes de la Secretaría de Gobernaci?n, filman todo.



                  El cineasta Servando Gonz?lez


                  El fot?grafo de Luis Echeverría, Manuel Guti?rrez Paredes “Mariachito”, toma fotos de lo que sucede en el interior del Edificio Chihuahua.



                  Se corta el servicio de luz el?ctrica en toda la Unidad y se desconectan los tel?fonos. Las c?maras de los fot?grafos de varios medios nacionales e internacionales son confiscadas y destruidas. A un periodista extranjero lo hieren con las bayonetas para obligarlo a que entregue su c?mara.



                  Los arrestados por el Batall?n Olimpia








                  Dos mil estudiantes son detenidos, desnudados, vejados y golpeados a culatazos. La balacera dura cuarenta minutos ininterrumpidos. Muere allí, con seis disparos en la espalda, una joven edec?n de la Villa Olímpica llamada Regina Deutche Ruegger, que se convierte en figura emblem?tica del Movimiento a causa de un defectuoso libro de Antonio Velasco Pi?a, el cual usa la figura de la chica para convertirla en una sacerdotisa tibetana que se inmola en Tlatelolco.



                  Líderes estudiantiles detenidos en el Edificio Chihuahua: F?lix Lucio Hern?ndez Gamundi y Florencio L?pez Osuna





                  El fuego es tan intenso que se inicia un incendio en el Edificio Chihuahua. No se permite la salida de nadie durante toda esa noche, si no es mediante identificaci?n satisfactoria al ej?rcito.






                  Muchos de los dirigentes del CNH son detenidos y torturados. Los detenidos "especiales", capturados en el Edificio Chihuahua, son identificados por policías infiltrados en el Movimiento, conducidos a la iglesia y en la ex prisi?n de Tlatelolco desnudados por los soldados. Ahí mismo se golpea a varios de ellos, se viola y tortura a las mujeres, y se les roban sus pertenencias personales. En los siguientes días habr?n de ser sometidos a golpizas, fusilamientos simulados y torturas en instalaciones policiacas y en el Campo Militar número 1.






                  Se impide la labor de la Cruz Roja y de la Cruz Verde. Los estudiantes intentan refugiarse en los departamentos. El Ej?rcito entra a la Unidad Habitacional y asesina a varios habitantes de la misma. A las once de la noche, la balacera continúa; son horas de fuego. Una tanqueta dispara hacia la Plaza, destrozando a la gente.


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                  • #10
                    black no manches... mejor adjunta el libro en PDF no? xhaaa

                    Est? interesante... pero hay q leerlo por partes... no ves q no estamos acostumbrados a esto? no es el foro de la SEP o de los trasnochados de la UNAM jajajajaja....
                    Last edited by Eowyn; 10-02-2009, 09:08 AM.
                    Todo depende, nada es siempre, todo es algunas veces

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                    • #11
                      Pues, lo puse precisamente porque esta muy interesante y para recordar lo que sucedio hace 41 a?os, todavia me faltan mas cosas, las fotografias que siguen estan fuertes asi que no las pondre, es el reportaje mas completo que eh visto asi que espero les guste


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                      • #12
                        mmm... no ps de todos modos esperar? a verlas en mi casa porque desde mi trabajo esas im?genes est?n bloqueadas.
                        Todo depende, nada es siempre, todo es algunas veces

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                        • #13
                          Los heridos





                          Los militares y policías impiden a la gente el paso a los hospitales donde est?n algunos heridos. En un cuarto lleno de cad?veres, un soldado le responde al periodista Jos? Antonio del Campo del peri?dico El Día: “Son cuerpos, se?or...”



                          Los muertos

                          Marcelino García Barrag?n declara: “El comandante responsable soy yo”. En la presidencia se afirma que “la intervenci?n acab? con el foco de agitaci?n que ha provocado el problema” y que “se garantiza la tranquilidad durante los Juegos Olímpicos”.

                          Esa noche, en su diario (base para sus Memorias, aún in?ditas), el presidente Gustavo Díaz Ordaz apunta: “No habiendo podido apoderarse de Palacio Nacional, buscaban hacer suya la Plaza de las Tres Culturas con el objeto de tomar la Secretaría de Relaciones Exteriores (…) Los m?s importantes líderes, escondidos; otros dialogan y la masa, la ‘carne de ca??n’, en la explanada (...) (S?crates Amado Campos Lemus) llega con cuatro coches, metralletas en la mano, ?l mismo tambi?n con una metralleta en la mano y otros tres acompa?antes armados igual (en medio de todo, parece que fue el m?s hombrecito de todos).



                          Presos políticos: F?lix Lucio Hern?ndez Gamundi


                          “(Los estudiantes) est?n disparando desde los altos de uno de los edificios cercanos, donde no hay soldados, donde no hay policías, son ‘ellos’ los que est?n disparando, la balacera dura poco (...) Los detenidos son llevados al Campo Militar Número 1 para ser examinados (...) Por fin habían ganado sus ‘muertitos’. ¡A qu? costo tan alto! Los lograron al cabo asesinando a sus propios compa?eros.



                          Presos políticos: Ignacia Rodríguez “La Nacha”, Roberta Avenda?o “La Tita”, Jos? Revueltas y Eduardo Espinoza del Valle “El Búho”



                          “Se debe recordar que la mayor parte de muertos y heridos, tanto alborotadores como soldados, presentaron trayectorias de bala claramente verticales, balas asesinas de los j?venes ‘idealistas’ disparando sus metralletas desde las azoteas de los edificios Chihuahua y Sonora (...) Ya avanzada la noche, m?dicos, ambulancias. Triste tarea de trasladar a los heridos y levantar a los muertos (…) ¡Por fin lograron sus muertos! ¡Y a qu? costo! Y posiblemente asesinados por sus propios compa?eros.



                          Presos políticos: Eli de Gortari y Manuel Marcu? Pardi?as


                          “Ma?ana amanecer? en sol (…) La vida de la ciudad, del país, de millones de mexicanos, seguir? su curso normal. Y sin embargo, esta ha sido una cruenta jornada. Intensamente dolorosa, seguramente, para algunos hogares de M?xico. Lacerante y dolorosa para todos los mexicanos.



                          Presos políticos: Luis Tom?s Cervantes Cabeza de Vaca, F?lix Lucio Hern?ndez Gamundi y Luis Gonz?lez de Alba


                          “Este M?xico nos lo quieren cambiar, nos lo quieren cambiar por otro que no nos gusta. Si queremos conservarlo y nos mantenemos unidos, no nos lo cambiar?n (…) M?xico ser? el mismo antes de Tlatelolco y despu?s de Tlatelolco y quiz?s siga siendo el mismo, en parte muy importante, por Tlatelolco”.




                          3 de octubre de 1968
                          Al otro día de la masacre, el caricaturista Abel Quezada publica un cart?n que no es m?s que un rect?ngulo negro y un título: "¿Por qu??"



                          Caricatura de Abel Quezada


                          El Senado de la República publica un documento donde considera que la actuaci?n del Ejecutivo Federal se ha apegado a la Constituci?n política del país y a las leyes vigentes. Hay indignaci?n, estupor y condena por la matanza fuera de los círculos oficiales y en muchos países del mundo. La ciudad es vigilada estrictamente.



                          Los titulares tras la masacre







                          El jefe de la policía culpa a los padres de familia de las recientes tragedias. La policía catea los edificios cercanos a la Plaza de las Tres Culturas en busca de estudiantes.





                          La plaza luce llena de zapatos y charcos de sangre, que los empleados municipales intentan cubrir con aserrín.



                          Para deshacerse de los cad?veres, muchos son quemados o arrojados al mar desde helic?pteros.



                          Otros son sepultados en una fosa común del Pante?n de Dolores, cerca de la Rotonda de los Hombres Ilustres, junto a la Tercera Secci?n del Bosque de Chapultepec.




                          Supuesta tumba de uno de los muertos en la Plaza de las Tres Culturas


                          Jacobo Zabludovsky, conductor del noticiero de televisi?n 24 horas, recibe una llamada de Gustavo Díaz Ordaz en las instalaciones de Telesistema Mexicano (hoy Televisa), en Avenida Chapultepec. El Presidente le reclama al periodista que, en el noticiero nocturno de la víspera, transmitido por Canal 4, hubiese aparecido en pantalla portando una corbata negra. Zabludovsky le explica: “Se?or presidente, yo uso corbata negra desde hace a?os. No tengo otra”.



                          El escritor Jos? Revueltas es acusado de ser el autor intelectual del Movimiento. El peri?dico Exc?lsior, dirigido por Julio Scherer García, publica una cr?nica en la que dice: "Nadie observ? de d?nde salieron los primeros disparos. Pero la gran mayoría de los manifestantes aseguraron que los soldados, sin advertencia ni previo aviso, comenzaron a disparar. Los disparos surgían por todos lados, lo mismo de lo alto de un edificio de la Unidad Tlatelolco que de la calle, donde las fuerzas militares en tanques ligeros y vehículos blindados lanzaban r?fagas de ametralladora casi ininterrumpidamente.



                          “Se calcula que participaron unos 5,000 soldados y muchos agentes policiacos, la mayoría vestidos de civil. Tenían como contrase?a un pa?uelo envuelto en la mano derecha. Así se identificaban unos a otros, ya que casi ninguno llevaba credencial por protecci?n frente a los estudiantes.


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                          • #14
                            Carta del general Javier V?squez F?lix a Alfonso Corona del Rosal sobre los muertos en Tlatelolco


                            “El fuego intenso dur? 29 minutos. Luego los disparos decrecieron pero no acabaron. Los cuerpos de las víctimas que quedaron en la Plaza de las Tres Culturas no pudieron ser fotografiados debito a que los elementos del ej?rcito lo impidieron”.




                            4 de octubre de 1968
                            El peri?dico Exc?lsior dedica su cabeza de ocho columnas a decir que sí va a haber Juegos Olímpicos en M?xico. La comisi?n de la Asamblea de Intelectuales, Artistas y Escritores es detenida por la policía al salir del edificio de Exc?lsior, pues confunden al escritor Juan García Ponce con el líder estudiantil Marcelino Perell?, ya que ambos utilizan silla de ruedas.





                            Octavio Paz renuncia a la Embajada en La India como protesta por la masacre de Tlatelolco. Declara al peri?dico franc?s Le Monde: “He visto noticieros internacionales, tambi?n las fotografías de los corresponsales extranjeros. Las im?genes no mienten. No puedo seguir sirviendo a un r?gimen de asesinos. La ma?ana del 3 de octubre me enter? de la represi?n del día anterior. Decidí que no podía continuar representando a un gobierno que había obrado de una manera tan abiertamente opuesta a mi manera de pensar”.



                            El escritor Octavio Paz


                            Mientras tanto, internada en el Hospital Franc?s a causa de una bala alojada cerca de su columna vertebral, la periodista Oriana Falacci declara: “No, no voy a dar ninguna entrevista, ninguna, no despu?s de lo que me pas?; me han disparado, me han robado mi reloj, me dejaron desangrarme ahí en el suelo del Edificio Chihuahua, me negaron el derecho a llamar a mi embajada. Quiero que la delegaci?n italiana se retire de los Juegos Olímpicos; es lo menos que pueden hacer. Mi asunto va a ir al Parlamento, el mundo entero se va a enterar de lo que pasa en M?xico, de la clase de democracia que impera en este país, el mundo entero. ¡Qu? salvajada! Yo he estado en Vietnam y puedo asegurar que en Vietnam durante los tiroteos y los bombardeos (tambi?n en Vietnam se?alan los sitios que se van a bombardear con luces de bengala) hay barricadas, refugios, trincheras, agujeros, qu? s? yo, a d?nde correr a guarecerse. Aquí no hay la m?s remota posibilidad de escape. Al contrario.



                            La periodista Oriana Falaci en el Hospital Franc?s de la Ciudad de M?xico


                            “Yo estaba tirada boca abajo en el suelo y cuando quise cubrir mi cabeza con mi bolsa para protegerme de las esquirlas un policía apunt? el ca??n de su pistola a unos centímetros de mi cabeza y me dijo: ‘No se mueva’. Yo veía las balas incrustarse en el piso de la terraza a mi alrededor. Tambi?n vi c?mo la policía arrastraba de los cabellos a estudiantes y a j?venes y los arrestaban. Vi a muchos heridos, mucha sangre, hasta que me hirieron a mí y permanecí tirada en un charco de mi propia sangre durante cuarenta y cinco minutos. Un estudiante junto a mí repetía: ‘Valor Oriana, valor’. La policía jam?s atendi? a mi petici?n: ‘Avísenle a mi embajada, avísenle a mi embajada’. Todos se negaron hasta que una mujer me dijo: ‘Yo voy a hacerlo’.





                            “He llamado a mi hermana que sale hoy en avi?n, he llamado a Londres, a París, a Nueva York, a Roma. Hoy en la ma?ana, cuando me llevaron a rayos X, unos periodistas me preguntaron qu? hacía en Tlatelolco. ¿Qu? hacía, Dios mío? ¡Mi trabajo! Soy una periodista profesional. Tuve contacto con los líderes del Consejo Nacional de Huelga porque el Movimiento es lo m?s interesante que sucede ahora en su país. Los estudiantes me hablaron el viernes a mi hotel y me dijeron que habría un gran mitin en la Plaza de las Tres Culturas el mi?rcoles 2 de octubre a las cinco de la tarde. Como no conocía la Plaza y s? que es un centro arqueol?gico pens? combinar las dos cosas. Por eso fui. Desde que llegu? a M?xico me llam? la atenci?n la lucha de los estudiantes contra la represi?n policiaca. Me asombran tambi?n las noticias en sus peri?dicos. ¡Qu? malos son sus peri?dicos, qu? timoratos, qu? poca capacidad de indignaci?n! ¡Qu? Olimpiadas ni qu? nada! Apenas me den de alta en este hospital, me largo”.






                            5 de octubre de 1968
                            Los líderes del CNH arrestados, son despojados de todos sus derechos civiles y entregados a los militares. En el Campo Militar número uno son sometidos a todo tipo de torturas y vejaciones: les dan choques el?ctricos en los testículos, les inyectan anest?sicos en el escroto para luego cortarles con bisturí, amenaz?ndolos con castrarlos; los llevan al pared?n y hacen simulacros de fusilamiento; los dejan en celdas infectas sin comer ni beber; los golpean día y noche; los obligan a comer excremento; los fuerzan a escuchar a sus compa?eros mientras son torturados. A las mujeres, los soldados les queman los pechos con cigarrillos encendidos, las violan y golpean. Muchos detenidos desaparecen.



                            Detenidos en el Campo Militar número 1



                            S?crates Amado Campos Lemus, líder estudiantil miembro del CNH, se revela como un agente infiltrado por el gobierno. Los agentes llevan a los líderes arrestados ante ?l para que los vaya identificando y se?alando. Salvador Martínez della Rocca “Pino”, cuenta que “a un muchachito apodado ‘El Pirata’ (…) cuando los agentes le preguntaron por S?crates, que qu? hacía S?crates, contest? todo cabizbajo: ‘Yo no s? lo que hacía; ando muy mal en historia’”.



                            A?os despu?s, cuando sus antiguos compa?eros lo acusan, S?crates Amado Campos Lemus se defiende ante la periodista Elena Poniatowska: “Veamos eso de las delaciones. ¿Usted cree que no hubo muchos que ‘cantaron’? Usted cree que un muchacho que jam?s ha pasado por una situaci?n semejante, loco de terror por todo lo que ha visto, presa de un nerviosismo incontrolable, expuesto a una tensi?n constante, sujeto a torturas, a amenazas no s?lo a ?l sino a su familia, ¿usted cree que no ‘canta’? ¿Lo considera usted un coy?n, un asco, un delator? ¡Hombre! Es una víctima de las circunstancias. ¡Por favor, que no jueguen a los h?roes quienes no lo son!”



                            Parte militar sobre la ocupaci?n de Tlatelolco


                            S?crates involucra en el Movimiento Estudiantil a políticos e intelectuales de alto nivel, entre ellos a Carlos A. Madrazo (presidente del PRI), Humberto Romero P?rez (ex secretario particular de Adolfo L?pez Mateos) y a la escritora Elena Garro, ex esposa de Octavio Paz.



                            La escritora Elena Garro



                            6 de octubre de 1968
                            El CNH publica un manifiesto en el que declara: “El saldo de la masacre de Tlatelolco aún no acaba. Han muerto cerca de cien personas de las cuales s?lo se sabe de las recogidas en el momento: los heridos se cuentan por miles”.




                            7 de octubre de 1968
                            El escritor Octavio Paz, desde Nueva Delhi, se niega a asistir al Encuentro Nacional de Poetas. “Me invitaron a escribir un poema que exaltase el espíritu olímpico. Declin? porque, según expres? a ustedes oportunamente, no pensaba que yo fuese la persona m?s a prop?sito (…) para escribir un poema con ese tema. No obstante, el giro reciente de los acontecimientos me ha hecho cambiar de opini?n. He escrito un peque?o poema conmemorativo de esa Olimpiada. Se los envío a ustedes, anexo a esta carta y con la atenta súplica de transmitirlo a los poetas que asistir?n al encuentro”.



                            Paz adjunta un texto titulado “M?xico: Olimpiada de 1968”, que reza:

                            “La limpidez
                            (quiz? valga la pena
                            escribirlo sobre la limpieza
                            de esta hoja)
                            no es límpida:
                            es una rabia
                            (amarilla y negra
                            acumulaci?n de bilis en espa?ol)
                            extendida sobre la p?gina.
                            ¿Por qu??
                            La vergüenza es ira
                            vuelta contra uno mismo:
                            si
                            una naci?n entera se avergüenza
                            es le?n que se agazapa
                            para saltar.
                            (Los empleados
                            municipales lavan la sangre
                            en la Plaza de los Sacrificios)
                            Mira ahora,
                            manchada
                            antes de haber dicho algo
                            que valga la pena,
                            la limpidez”
                            .



                            Luis Gonz?lez de Alba ante el Tribunal


                            En M?xico, escondida en un departamento, su ex esposa Elena Garro hace declaraciones a la prensa y se?ala: “Culpo a los intelectuales”. En las mismas involucra a quinientos artistas como responsables del Movimiento Estudiantil, entre ellos a Carlos Monsiv?is, Jos? Luis Cuevas, Leonora Carrington, Luis Villoro, Jesús Silva Herzog, Rosario Castellanos, Víctor Flores Olea, Emmanuel Carballo, Leopoldo Zea y Carlos Fuentes. Afirma tambi?n que a los estudiantes se les pagaban 150 pesos por hora para ir a balacear escuelas. Su hija, Helena Paz Garro, apoya las acusaciones. Jos? Luis Cuevas declara que Garro ha enloquecido. Estas acusaciones le ocasionan el rechazo de la comunidad intelectual mexicana, lo que la lleva al exilio primero en Estados Unidos y luego en Francia, durante veinte a?os.



                            Elena Garro, la enloquecida acusadora



                            8 de octubre de 1968
                            El periodista Jos? Alvarado escribe: “Había belleza y luz en las almas de los muchachos muertos. Querían hacer de M?xico morada de justicia y verdad, la libertad, el pan y el alfabeto para los oprimidos y olvidados. Un país libre de la miseria y el enga?o. Y ahora son fisiologías interrumpidas dentro de pieles ultrajadas. Algún día habr? una l?mpara votiva en memoria de todos ellos”.



                            Líderes del CNH y presos políticos: Ignacia Rodríguez “La Nacha” (ficha de arresto)



                            9 de octubre de 1968
                            Conferencia de prensa del CNH en la Casa del Lago. Se declara la "Tregua Olímpica", del 12 al 28 de octubre, en la que no habr? manifestaciones ni declaraciones.



                            Publicaciones de oposici?n





                            Como resultado de las acusaciones de Elena Garro, crecen entre los intelectuales la paranoia y el temor de ser involucrados por ella o por los estudiantes detenidos. Roberto Blanco Moheno, eterno detractor del Movimiento, afirma: “Y que no lloren los padres de familia. No han sabido serlo”. En Francia, Carlos Fuentes publica en Le Monde una carta abierta dirigida a Arthur Miller y a Maurice B?jart en la que denuncia la represi?n efectuada por el presidente Díaz Ordaz y los invita a no asistir a la Olimpiada Cultural.




                            10 de octubre de 1968
                            Leonardo Femat da a conocer una cinta sonora grabada en Tlatelolco durante la matanza, en la que se escuchan los gritos, los disparos y las lamentaciones de los heridos.



                            Vecinos de Tlatelolco protestan por la presencia militar



                            11 de octubre de 1968
                            Muchos prisioneros son trasladados a Lecumberri, donde permanecen varios a?os en calidad de presos políticos.



                            Catedr?ticos y líderes estudiantiles presos en Lecumberri




                            12 de octubre de 1968
                            Se inauguran en M?xico los Juegos Olímpicos en medio de protestas nacionales e internacionales.



                            Ceremonia de inauguraci?n


                            Una paloma negra pintada en un papalote sobrevuela el palco presidencial durante la inauguraci?n y Díaz Ordaz recibe una rechifla al dar su discurso, de tan s?lo veintid?s palabras.




                            Un atleta italiano protesta por la masacre: “Si est?n matando estudiantes para que haya Olimpiada, mejor sería que esta no se realizara, ya que ninguna Olimpiada, ni todas juntas, valen la vida de un estudiante”.



                            Carteles parodiando los imagotipos (isotipos) y el logotipo de los Juegos Olímpicos de M?xico 68






                            El gobierno y los medios de comunicaci?n se dedican a calumniar y tergiversar el Movimiento Estudiantil y justifican la represi?n.



                            Díaz Ordaz durante los Juegos Olímpicos


                            Los atletas negros Tommie Smith, John Carlos, Lee Evans y Harry Edwards obtienen medallas y blanden en el aire el pu?o derecho, como símbolo del “Black Power”, el “Poder Negro”.




                            26 de octubre de 1968
                            Son liberados 67 estudiantes detenidos en el Campo Militar número 1.



                            Familiares de los detenidos




                            31 de octubre de 1968
                            Mitin en la UNAM. La madre de un estudiante muerto en Tlatelolco habla ante 7.000 personas.



                            Reuni?n del Gabinete de Seguridad



                            2 de noviembre de 1968
                            Festejo del Día de Muertos en la Plaza de las Tres Culturas, en memoria de los caídos allí un mes antes.



                            Familiares de los muertos en Tlatelolco


                            El sacerdote de la iglesia de Santiago Tlatelolco se niega a decir una misa fúnebre por los muertos, e incluso a permitirle a los familiares de los caídos que recen por ellos en la iglesia.



                            Declaraci?n oficial de los sacerdotes cat?licos respecto a la matanza de Tlatelolco


                            Los intelectuales Carlos Fuentes, Fernando Benítez, Elena Poniatowska, Juan Ba?uelos, Eduardo Santos, Jos? Carlos Becerra, Rosario Castellanos y Juan García Ponce rompen con el gobierno de Díaz Ordaz.



                            Lista de muertos durante el Movimiento Estudiantil, según la Direcci?n Federal de Seguridad, dirigida por Fernando Guti?rrez Barrios



                            4 de diciembre de 1968
                            Se reanudan las clases.




                            13 de diciembre de 1968
                            Comienza una campa?a de hostigamiento contra los involucrados en el Movimiento Estudiantil. M?s de quinientos son arrestados, asesinados o desaparecidos durante las semanas siguientes. Al final y como una ironía, se condena a 68 personas involucradas en el Movimiento. El acta contra Gilberto Rinc?n Gallardo (quien, a causa de un problema cong?nito, naci? parcialmente incapacitado de los brazos) lo acusa de “incendio de doce trolebuses a larga distancia y con gran fuerza”.



                            Gilberto Rinc?n Gallardo (cuarto, de izquierda a derecha)



                            15 de noviembre de 1968
                            El escritor Octavio Paz declara en París: “Si podía creerse que el PRI era capaz de renovarse, semejante esperanza se ha vuelto absurda despu?s de los acontecimientos del dos de octubre. Por lo tanto, la única soluci?n consiste en separarse del gobierno y en criticarlo desde fuera. No es casual que los j?venes mexicanos hayan caído en la antigua Plaza de Tlatelolco: ahí precisamente se encontraba el templo azteca donde se hacían sacrificios humanos. El asesinato de los estudiantes fue un sacrificio ritual. Se trata de aterrorizar a la poblaci?n, usando los mismos m?todos de sacrificios humanos de los aztecas”.



                            Carta Abierta de apoyo para Octavio Paz, firmada por intelectuales mexicanos



                            16 de noviembre de 1968
                            Un joven estudiante apellidado Gonz?lez S?nchez es asesinado a balazos a manos de un policía, por pintar una barda.




                            23 de diciembre de 1968
                            Marcha en recuerdo de los muertos. El Ej?rcito hace acto de presencia en las calles e intimida a los manifestantes.




                            1969
                            A pesar de la brutal represi?n, del encarcelamiento de líderes, así como de los estudiantes muertos (tanto en Tlatelolco como a lo largo del Movimiento Estudiantil de 1968, y aún despu?s), en los siguientes meses el gobierno tiene que dar marcha atr?s en sus m?todos, para poder lograr restaurar la confianza y el poder. Según el general Marcelino García Barrag?n, los atentados con bombas contra cuatro peri?dicos, en septiembre de 1969, son obra del general Luis Guti?rrez Oropeza, jefe del Estado Mayor Presidencial. Se concede la ciudadanía a los dieciocho a?os.




                            1 de septiembre de 1969
                            En su quinto informe de gobierno, el presidente Díaz Ordaz declara: “Asumo íntegramente la responsabilidad personal, ?tica, jurídica, política e hist?rica, por las decisiones del gobierno en relaci?n con los sucesos del a?o pasado”. De esa forma, allana el camino para el Secretario de Gobernaci?n, Luis Echeverría Álvarez, eximi?ndolo de toda culpa.



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                            • #15
                              2 de octubre de 1969
                              Para disolver una marcha que conmemora la masacre de Tlatelolco en su primer aniversario, ataca por vez primera el grupo paramilitar denominado "Los Halcones".




                              Octubre a diciembre de 1969
                              El presidente Gustavo Díaz Ordaz designa a Luis Echeverría Álvarez como Candidato del PRI a la Presidencia de la República y virtual sucesor. Este, implicado en la feroz represi?n y artesano de la matanza, desde los primeros discursos de su campa?a reconoce la justeza del Movimiento Estudiantil, lo equivocado de la represi?n y afirma que su gobierno ser? de “apertura democr?tica”. Durante su campa?a en Guadalajara pide “un minuto de silencio en memoria de los caídos el 2 de octubre”. El Ej?rcito protesta oficialmente. Díaz Ordaz considera el retirarlo como candidato oficial. No lo hace y Echeverría finalmente es electo para el sexenio 1970-1976.




                              1 de enero de 1970
                              Los presos del fuero común (violadores, asesinos, ladrones) son llevados desde sus crujías, armados con palos, tubos y piedras, a atacar a los presos políticos en la c?rcel de Lecumberri, por orden expresa del subdirector del penal, Bernardo Palacios Reyes.



                              Activistas presos en Lecumberri





                              Junio de 1970
                              Gustavo Díaz Ordaz inaugura el Campeonato Mundial de Football en el Estadio Azteca; lo recibe una rechifla y una serie de insultos. Alguien le grita: “¡Chango, b?jate de la penca!” En sus diarios apunta: “Se ha cumplido con este encargo como se debi? cumplir, ni un milímetro de m?s ni de menos. Si algún día se ve, se ver? y enhorabuena. Si no, me da lo mismo. No busco el aplauso del pueblo, de la chusma, ni figurar en los archivos de ninguna parte. Al carajo con el pueblo y con la historia”.



                              Manifestaciones de las madres de estudiantes muertos








                              Septiembre a diciembre de 1970
                              Luis Echeverría Álvarez toma posesi?n como Presidente de la República. Multiplica el presupuesto para la educaci?n y crea gran cantidad de escuelas: el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), la Universidad Aut?noma Metropolitana (UAM), el Colegio de Bachilleres, las Unidades de Estudios Superiores, las Telesecundarias, etc. Pero durante su sexenio surgen cientos de huelgas obreras, movilizaciones estudiantiles y campesinas, así como la guerrilla urbana que encabeza la Liga 23 de Septiembre y las guerrillas rurales de Genaro V?zquez y de Lucio Caba?as en el estado de Guerrero, que se consolidan.




                              Enero de 1971
                              Octavio Paz regresa a M?xico; pasa largas horas visitando al escritor Jos? Revueltas en la prisi?n de Lecumberri.



                              Jos? Revueltas en su celda de la Prisi?n de Lecumberri


                              Se concede la amnistía para los involucrados en el Movimiento Estudiantil. Son liberados m?s de trescientos, presos desde 1968. Muchos de ellos se dedican desde entonces a luchar contra el corrupto sistema político mexicano a trav?s de los medios de comunicaci?n, los libros y los partidos políticos de oposici?n; otros, radicalizados, se unen a la guerrilla y son víctimas de la “Guerra Sucia” de los a?os setenta.




                              10 de junio de 1971
                              El Jueves de Corpus, una manifestaci?n parte de las instalaciones del Polit?nico en el Casco de Santo Tom?s hacia la Escuela Nacional de Maestros.



                              La marcha del Jueves de Corpus


                              Los convocantes son antiguos estudiantes que formaron parte del Movimiento Estudiantil de 1968. Est?n reci?n amnistiados. Problemas en la Universidad de Monterrey los llevan a solidarizarse con sus compa?eros de provincia.



                              Reaparece entonces el grupo paramilitar llamado "Los Halcones". Son j?venes de cabello muy corto y armados con enormes varas de kendo, macanas y pistolas. Creados por el mismo que form? y entren? al Batall?n Olimpia, “Los Halcones” asesinan a varios de los asistentes a la marcha, vinculada con el Movimiento Estudiantil de 1968. A otros los arrestan y meten en coches privados y en ambulancias que sirven como vehículos policíacos. Pero el ataque no termina allí; m?s tarde, “Los Halcones” entran al hospital Rub?n Le?ero y a la Cruz Verde; allí rematan a muchos de los estudiantes heridos.



                              ”Los Halcones” al acecho



                              El regente Alfonso Martínez Domínguez declara a la prensa que “Los Halcones son un mito”. Y el anciano líder de la CTM, Fidel Vel?zquez, afirma que “los halcones no existen, porque yo no los veo”. Todo ha sido una maniobra del presidente Echeverría, quien esa misma noche ordena una investigaci?n “caiga quien caiga” y menciona que los culpables son los “emisarios del pasado”, en velada alusi?n al ex presidente Gustavo Díaz Ordaz.



                              El ataque del grupo paramilitar




                              La renuncia del chivo expiatorio Alfonso Martínez Domínguez no se hace esperar; la opini?n pública lo bautiza como “Halconso”, aunque la orden haya sido enviada desde Palacio Nacional.



                              Los titulares sobre el ataque


                              Los escritores Octavio Paz y Carlos Fuentes dan su respaldo a las declaraciones del presidente Echeverría, creyendo en sus buenas intenciones.



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