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Naci? el 27 de agosto de 1906, hijo de madre austera y fan?tica religiosa que despreciaba a su d?bil y borracho marido. Cuando ambos discutían, que solían hacerlo con frecuencia, el hombre se emborrachaba y pegaba a sus dos hijos.
Desde el primer momento, la vida de Ed estuvo completamente dominada por su madre, quien se había prometido a sí misma que su hijo no sería nunca como esos hombres lascivos, ateos y alcoholizados que veía a su alrededor. Seguía una disciplina muy dura castigando a sus hijos, e incapaz de darles el consuelo y el amor de una madre.
Gein no tubo contacto con otros ni?os, pues todo el mundo suponía ante los ojos de esa madre una amenaza para la pureza moral de su hijo. Así durante treinta y nueve a?os hasta que la mujer moría víctima de un ataque al coraz?n, dejando tras ella un hombre dependiente, reprimido y s?lo, en un mundo que apenas comprendía.
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Su madre, una mujer posesiva obsesionada con la degeneraci?n moral del resto del pueblo, había muerto hacía ya 12 a?os en 1944, perturbada por la muerte de su otro hijo, Henry, ocurrida por asfixia mientras quemaba rastrojos con Ed. El que Henry apareciera con el cr?neo aplastado fue algo a lo que nadie le dio importancia entonces.
Caus? mayor trastorno en el peque?o pueblo el que desapareciera hasta media docena de personas sin dejar rastro alguno.
En la tarde del 8 de diciembre de 1954, un granjero de Plainfield, en Wisconsin, entr? en "la taberna de los Hogan" a echar un trago en esa fría tarde de invierno cuando descubre con espanto un gran reguero de sangre que cubría las tablas de madera del suelo. La propietaria Mary Hogan, había desaparecido. El sheriff observ? que no había se?ales de lucha aparentes y que la caja registradora seguía llena, pero determin? que la mujer había sido asesinada y que su cuerpo había sido arrastrado hasta un coche que esperaba fuera. Los informes forenses tan s?lo confirmaron las conclusiones a las que había llegado el sheriff y no arrojaron ninguna luz sobre el caso. La desaparici?n de Mary era un misterio.
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Aproximadamente un mes despu?s de este suceso, el propietario del aserradero de Wisconsin comentaba el caso con un hombre peque?o y tímido que vivía en una granja de madera a pocos kil?metros de allí. Su nombre era Ed Gein. Gein vivía solo desde la muerte de su madre en 1945 y se ganaba la vida haciendo toda clase de trabajos a los vecinos de Plainfield. Fue su habilidad en este tipo de trabajos, por la que este hombre de complexi?n d?bil, mediana edad, pelo rubio y ojos azules empez? a ser conocido entre las gentes del lugar como una persona trabajadora, cumplidora, fiable pero exc?ntrica.
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El propietario del aserradero no se llevaba muy bien con Gein. Encontraba extremadamente difícil hablar con ?l por que a veces ?ste comenzaba a reír con nerviosismo sin motivos como un desequilibrado, o por sus comentarios inoportunos que dejaban a la otra persona sin saber que decir. En esta ocasi?n, el hombre record? que Gein solía sentarse solo en un rinc?n de la taberna mirando fijamente a la due?a del local absorto en sus pensamientos con una jarra de cerveza, y supuso que estaba enamorado de la mujer. Le sugiri? bromeando, que si le hubiese hablado a Mary con claridad de sus sentimientos, probablemente en ese momento estaría en su granja cocinando y esperando a que volviera en lugar de haber desaparecido presumiblemente asesinada. Gein, con un extra?o gesto puso los ojos en blanco y le respondi? con una de sus conocidas sonrisas: "No est? desaparecida. Ahora mismo est? en la granja". El hombre se encogi? de hombros y no le tom? en serio, despu?s de todo, era el tipo de comentario que se esperaba de ?l...
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La ma?ana del s?bado 16 de noviembre de 1957, Ed Gein asesinaba a la due?a de la ferretería del pueblo, Bernice Worden, dispar?ndole una bala con su viejo rifle de caza del calibre 22. Tambi?n en esta ocasi?n se llev? el cad?ver en la furgoneta, dejando el suelo del local encharcado de sangre. Pero esta vez, habría un testigo... el libro de contabilidad. En su última anotaci?n, figuraba el nombre de Ed Gein, a qui?n habría vendido su último anticongelante y que varios vecinos vieron un par de veces la camioneta de Ed Gein aparcada frente a la tienda.
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Dos oficiales de la policía arrestaron a Gein, mientras otros dos se dirigían inmediatamente hacia su granja con la intenci?n de llevar a cabo un registro.
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Son las ocho de la noche cuando varios agentes de policía entran en el cobertizo, el sheriff sinti? como algo le rozaba el hombro, y al volverse se top? con un cuerpo de mujer suspendido de un gancho por el tobillo y con un alambre le habían sujetado el otro pie a una polea. Habían rajado el cuerpo desde el pecho hasta la base del abdomen, sin cabeza y despojado de vísceras que brillaban como si las hubiesen lavado y limpiado, colgaba como si fuera una res en el matadero. Despu?s de recuperarse del shock por el horror que habían presenciado, y tras pedir ayuda por radio, los dos hombres volvieron a la casa.
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No había duda que el causante de ese terrorífico espect?culo era una persona enferma. Era difícil de creer que un ser humano pudiera vivir allí. Por todas partes se veían monta?as de basura y desperdicios, cajas de cart?n, latas vacías, herramientas oxidadas, excrementos, revistas pornogr?ficas, de terror y de anatomía humana, chicles pegados en las tazas y una dentadura sobre el mantel de la mesa...
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M?s tarde, en cuanto llegaron m?s patrullas, se descubri? en el interior de la casa todo las espeluznantes escenas de horror que allí escondía: el coraz?n de la se?ora Worden aparece en una cazuela, sus entra?as envueltas en papel de peri?dico sobre la mesa de la cocina junto a la parte superior de un cr?neo utilizado como plato sopero y, finalmente, su cabeza dentro de una bolsa de pl?stico, con las u?as de sus pulgares atadas a las orejas, como si fuera a ser tendida para secar. Había varios cr?neos esparcidos por la cocina, unos intactos y otros partidos por la mitad y empleados como cuencos.
Una inspecci?n m?s detenida revel? que una de las sillas de la cocina estaba tapizada con piel humana, como las pantallas de las l?mparas, las papeleras, las fundas de los cuchillos e incluso alguna prenda de vestir, como un chaleco o un cintur?n formado con pezones humanos. Dos cr?neos eran utilizados como remate de las patas de la cama, un cuchillo con mango de hueso humano y varias calaveras m?s.
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Entre los m?s atroces descubrimientos, se encontraron coleccionadas en cajas de zapatos los restos humanos pertenecientes a diferentes cuerpos sin identificar, aparecen ocho vaginas disecadas, una de ellas pintada de color plateado, cuatro narices, varios pares de labios y un completo surtido de retales faciales. Tambi?n aparecen una caja con el coraz?n, y la cabeza amputada de Bernice Worden en una bolsa de pl?stico, una colecci?n de nueve m?scaras de piel humana con el pelo intacto, de las cuales, cuatro colgaban en la pared que rodeaba la cama de Gein, otras cinco est?n repartidas por la habitaci?n, ya disecadas, con cabellos cuidadosamente a?adidos, e incluso algunas con los labios pintados.
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La lista de artículos de la factoría Gein no parece tener fin: pantalones de cuero humano, un delantal hecho con el torso de una mujer, infinidad de huesos, miembros genitales, pechos femeninos, etc.
Había decorado el interior de su casa de madera con esas m?scaras confeccionadas con tiras de piel procedentes de aut?nticos rostros humanos y con los cr?neos colgados de las columnas de su cama.
La única habitaci?n de la casa que parecía normal era una sellada con tablones en la puerta y perfectamente ordenada... la de su madre. Desde que su madre muriera en 1945, doce a?os antes, la habitaci?n había estado cerrada con clavos como un sepulcro.
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Ed explic? a la policía despu?s de su detenci?n que despu?s de su fallecimiento, su madre se mantuvo en contacto con ?l durante m?s de un a?o, habl?ndole mientras se adormecía. Dijo que había sido en esa ?poca cuando desarroll? su fascinaci?n por la anatomía. Le fascinaban los reportajes sobre la operaci?n de cambio de sexo y se plante? el convertirse ?l mismo en mujer.
Gein declar? que tan s?lo recordaba, muy confusamente, haber matado a Bernice Worden, y que los dem?s restos humanos que se habían hallado en la granja pertenecían a nueve cad?veres que había sacado del cementerio.
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Relataría como visitaba los cementerios y profanaba las tumbas para a?adir nuevos "gadjets" a sus colecciones, aunque nunca llegara a perpetrar actos de necrofilia -"olían muy mal", declar?- y bailaba a la luz de la luna disfrazado con la piel de sus víctimas. Explic? que en los últimos a?os sentía de vez en cuando la necesidad de profanar tumbas, y que en algunas ocasiones incluso conocía a las víctimas en vida y se enteraba de sus muertes leyendo los peri?dicos. Luego, en la noche del entierro, se dirigía al cementerio, sacaba el cad?ver y rellenaba de nuevo la tumba (eso lo pudo comprobar la policía m?s tarde, cuando al exhumar las tumbas, algunas de las que Gein había dicho, se encontraban vacías).Muchos de los objetos dom?sticos y muebles que se descubrieron a raíz del arresto de Gein, procedían de las profanaciones de tumbas. Unas veces arrastraba cad?veres enteros hasta su casa, otras cortaba las partes m?s interesantes y se las llevaba como recuerdo.
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En su confesi?n voluntaria habl? del placer sexual que obtenía al envolver su cuerpo desnudo con la piel de sus víctimas. Adem?s, a varios de los vecinos tuvieron que ser hospitalizados por disfunciones g?stricas despu?s de que Eddie revelara cual era la procedencia de aquellos botes en conserva de carne de animales que había cazado ?l con los que gustaba obsequiarles. El 30 de marzo de 1958 la casa de Gein fue arrasada, despu?s de correrse el rumor de que estaba destinada a convertirse en una atracci?n para turistas como la Casa de los Horrores. De todas formas, su camioneta Ford sobrevivi? y se vendi? en una subasta pública para ser utilizada en ferias locales con un letrero que anunciaba: ¡El coche de Ed Gein! ¡Vea el coche que transport? a los muertos de las tumbas!
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Los m?dicos del hospital Central del Estado deciden que el asesino no est? capacitado para ir a un juicio y es internado de por vida en un psiqui?trico, tras un juicio que duraría una semana, se le declara culpable de dos asesinatos, pero al aducirse su locura, es de nuevo internado.
El caso de Ed Gein es, desde un punto de vista m?dico, uno de los m?s complejos de la criminología. Voyerismo, fetichismo, travestismo y puede que necrofilia, integraban su personalidad. Sin embargo, a medida que se iba conociendo su verdadera historia se hizo evidente que esas perversiones eran meras manifestaciones de una psicosis profunda, un trastorno mental que tenía sus raíces en la relaci?n anormal que tenía con la madre.
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Cuando los psiquiatras comenzaron a considerar las posibles razones de su comportamiento patol?gico, supusieron que se trataba de un caso de "Complejo de Edipo", que Gein estaba enamorado de su madre y que a raíz de su muerte se obsesion? en buscar a alguien que la sustituyera, pues se encontraron extraordinario parecido entre sus víctimas y su madre. De ni?o, buscaba el amor de su madre de manera obsesiva, que le era negado una y otra vez, fue así como en su mente se desarroll? una nueva personalidad, un Ed que odiaba a la mujer. Gein muri? por insuficiencia respiratoria el 26 de julio de 1984 a los 77 a?os de edad, tras d?cadas de reclusi?n en una unidad psiqui?trica, donde siempre destac? como paciente modelo.
En la actualidad, sus restos descansan en el cementerio de Plainfield, al lado de los de su madre...
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Sin embargo, la influencia de Gein puede percibirse todavía en personajes de la imaginaci?n literaria y cinematogr?fica, como: el relato de Robert Blosh "Pscho", utilizado por Hitchcock para crear una de las obras maestras del cine de terror: PSYCHO (1960), tuvo tres secuelas directas: PSICHO 2, en la que Anthony Perkins retomaba el papel de Norman Bates, PSICHO 3, en la que incluso se atrevi? a tomar las riendas de la direcci?n, y PSICHO 4, en la que se exploraba la infancia y juventud del personaje. Otras son: HOMICIDAL (1961), de William Castle; SCREAM OF FEAR (1961), MANIAC (1961), y PARANOIC (1963), estas tres del brit?nico Freddie Francis, quien m?s tarde realizaría PSICOPATH, a partir de otro gui?n de Robert Bloch; BUFFALO BILL; EL SILENCIO DE LOS CORDEROS (1990) de Jonathan Demme; LA MATANZA DE TEXAS (1974) de Tobe Hooper; EL ASESINO; DERANGED (1974) de Bob Clark; LOS CARNICEROS; VIERNES 13; DEATH TRAP (o EATEN ALIVE) de Tobe Hooper; MOTEL HELL, de Kevin Connor.
En 1987 se rod? el episodio piloto de una serie televisiva, BATES MOTEL, pero la decadencia de la saga, unida a la aparici?n de nuevos y mejores "killers" de la pantalla, hizo desaconsejable su continuaci?n.
Desde el primer momento, la vida de Ed estuvo completamente dominada por su madre, quien se había prometido a sí misma que su hijo no sería nunca como esos hombres lascivos, ateos y alcoholizados que veía a su alrededor. Seguía una disciplina muy dura castigando a sus hijos, e incapaz de darles el consuelo y el amor de una madre.
Gein no tubo contacto con otros ni?os, pues todo el mundo suponía ante los ojos de esa madre una amenaza para la pureza moral de su hijo. Así durante treinta y nueve a?os hasta que la mujer moría víctima de un ataque al coraz?n, dejando tras ella un hombre dependiente, reprimido y s?lo, en un mundo que apenas comprendía.
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Su madre, una mujer posesiva obsesionada con la degeneraci?n moral del resto del pueblo, había muerto hacía ya 12 a?os en 1944, perturbada por la muerte de su otro hijo, Henry, ocurrida por asfixia mientras quemaba rastrojos con Ed. El que Henry apareciera con el cr?neo aplastado fue algo a lo que nadie le dio importancia entonces.
Caus? mayor trastorno en el peque?o pueblo el que desapareciera hasta media docena de personas sin dejar rastro alguno.
En la tarde del 8 de diciembre de 1954, un granjero de Plainfield, en Wisconsin, entr? en "la taberna de los Hogan" a echar un trago en esa fría tarde de invierno cuando descubre con espanto un gran reguero de sangre que cubría las tablas de madera del suelo. La propietaria Mary Hogan, había desaparecido. El sheriff observ? que no había se?ales de lucha aparentes y que la caja registradora seguía llena, pero determin? que la mujer había sido asesinada y que su cuerpo había sido arrastrado hasta un coche que esperaba fuera. Los informes forenses tan s?lo confirmaron las conclusiones a las que había llegado el sheriff y no arrojaron ninguna luz sobre el caso. La desaparici?n de Mary era un misterio.
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Aproximadamente un mes despu?s de este suceso, el propietario del aserradero de Wisconsin comentaba el caso con un hombre peque?o y tímido que vivía en una granja de madera a pocos kil?metros de allí. Su nombre era Ed Gein. Gein vivía solo desde la muerte de su madre en 1945 y se ganaba la vida haciendo toda clase de trabajos a los vecinos de Plainfield. Fue su habilidad en este tipo de trabajos, por la que este hombre de complexi?n d?bil, mediana edad, pelo rubio y ojos azules empez? a ser conocido entre las gentes del lugar como una persona trabajadora, cumplidora, fiable pero exc?ntrica.
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El propietario del aserradero no se llevaba muy bien con Gein. Encontraba extremadamente difícil hablar con ?l por que a veces ?ste comenzaba a reír con nerviosismo sin motivos como un desequilibrado, o por sus comentarios inoportunos que dejaban a la otra persona sin saber que decir. En esta ocasi?n, el hombre record? que Gein solía sentarse solo en un rinc?n de la taberna mirando fijamente a la due?a del local absorto en sus pensamientos con una jarra de cerveza, y supuso que estaba enamorado de la mujer. Le sugiri? bromeando, que si le hubiese hablado a Mary con claridad de sus sentimientos, probablemente en ese momento estaría en su granja cocinando y esperando a que volviera en lugar de haber desaparecido presumiblemente asesinada. Gein, con un extra?o gesto puso los ojos en blanco y le respondi? con una de sus conocidas sonrisas: "No est? desaparecida. Ahora mismo est? en la granja". El hombre se encogi? de hombros y no le tom? en serio, despu?s de todo, era el tipo de comentario que se esperaba de ?l...
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La ma?ana del s?bado 16 de noviembre de 1957, Ed Gein asesinaba a la due?a de la ferretería del pueblo, Bernice Worden, dispar?ndole una bala con su viejo rifle de caza del calibre 22. Tambi?n en esta ocasi?n se llev? el cad?ver en la furgoneta, dejando el suelo del local encharcado de sangre. Pero esta vez, habría un testigo... el libro de contabilidad. En su última anotaci?n, figuraba el nombre de Ed Gein, a qui?n habría vendido su último anticongelante y que varios vecinos vieron un par de veces la camioneta de Ed Gein aparcada frente a la tienda.
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Dos oficiales de la policía arrestaron a Gein, mientras otros dos se dirigían inmediatamente hacia su granja con la intenci?n de llevar a cabo un registro.
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Son las ocho de la noche cuando varios agentes de policía entran en el cobertizo, el sheriff sinti? como algo le rozaba el hombro, y al volverse se top? con un cuerpo de mujer suspendido de un gancho por el tobillo y con un alambre le habían sujetado el otro pie a una polea. Habían rajado el cuerpo desde el pecho hasta la base del abdomen, sin cabeza y despojado de vísceras que brillaban como si las hubiesen lavado y limpiado, colgaba como si fuera una res en el matadero. Despu?s de recuperarse del shock por el horror que habían presenciado, y tras pedir ayuda por radio, los dos hombres volvieron a la casa.
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No había duda que el causante de ese terrorífico espect?culo era una persona enferma. Era difícil de creer que un ser humano pudiera vivir allí. Por todas partes se veían monta?as de basura y desperdicios, cajas de cart?n, latas vacías, herramientas oxidadas, excrementos, revistas pornogr?ficas, de terror y de anatomía humana, chicles pegados en las tazas y una dentadura sobre el mantel de la mesa...
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M?s tarde, en cuanto llegaron m?s patrullas, se descubri? en el interior de la casa todo las espeluznantes escenas de horror que allí escondía: el coraz?n de la se?ora Worden aparece en una cazuela, sus entra?as envueltas en papel de peri?dico sobre la mesa de la cocina junto a la parte superior de un cr?neo utilizado como plato sopero y, finalmente, su cabeza dentro de una bolsa de pl?stico, con las u?as de sus pulgares atadas a las orejas, como si fuera a ser tendida para secar. Había varios cr?neos esparcidos por la cocina, unos intactos y otros partidos por la mitad y empleados como cuencos.
Una inspecci?n m?s detenida revel? que una de las sillas de la cocina estaba tapizada con piel humana, como las pantallas de las l?mparas, las papeleras, las fundas de los cuchillos e incluso alguna prenda de vestir, como un chaleco o un cintur?n formado con pezones humanos. Dos cr?neos eran utilizados como remate de las patas de la cama, un cuchillo con mango de hueso humano y varias calaveras m?s.
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Entre los m?s atroces descubrimientos, se encontraron coleccionadas en cajas de zapatos los restos humanos pertenecientes a diferentes cuerpos sin identificar, aparecen ocho vaginas disecadas, una de ellas pintada de color plateado, cuatro narices, varios pares de labios y un completo surtido de retales faciales. Tambi?n aparecen una caja con el coraz?n, y la cabeza amputada de Bernice Worden en una bolsa de pl?stico, una colecci?n de nueve m?scaras de piel humana con el pelo intacto, de las cuales, cuatro colgaban en la pared que rodeaba la cama de Gein, otras cinco est?n repartidas por la habitaci?n, ya disecadas, con cabellos cuidadosamente a?adidos, e incluso algunas con los labios pintados.
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La lista de artículos de la factoría Gein no parece tener fin: pantalones de cuero humano, un delantal hecho con el torso de una mujer, infinidad de huesos, miembros genitales, pechos femeninos, etc.
Había decorado el interior de su casa de madera con esas m?scaras confeccionadas con tiras de piel procedentes de aut?nticos rostros humanos y con los cr?neos colgados de las columnas de su cama.
La única habitaci?n de la casa que parecía normal era una sellada con tablones en la puerta y perfectamente ordenada... la de su madre. Desde que su madre muriera en 1945, doce a?os antes, la habitaci?n había estado cerrada con clavos como un sepulcro.
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Ed explic? a la policía despu?s de su detenci?n que despu?s de su fallecimiento, su madre se mantuvo en contacto con ?l durante m?s de un a?o, habl?ndole mientras se adormecía. Dijo que había sido en esa ?poca cuando desarroll? su fascinaci?n por la anatomía. Le fascinaban los reportajes sobre la operaci?n de cambio de sexo y se plante? el convertirse ?l mismo en mujer.
Gein declar? que tan s?lo recordaba, muy confusamente, haber matado a Bernice Worden, y que los dem?s restos humanos que se habían hallado en la granja pertenecían a nueve cad?veres que había sacado del cementerio.
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Relataría como visitaba los cementerios y profanaba las tumbas para a?adir nuevos "gadjets" a sus colecciones, aunque nunca llegara a perpetrar actos de necrofilia -"olían muy mal", declar?- y bailaba a la luz de la luna disfrazado con la piel de sus víctimas. Explic? que en los últimos a?os sentía de vez en cuando la necesidad de profanar tumbas, y que en algunas ocasiones incluso conocía a las víctimas en vida y se enteraba de sus muertes leyendo los peri?dicos. Luego, en la noche del entierro, se dirigía al cementerio, sacaba el cad?ver y rellenaba de nuevo la tumba (eso lo pudo comprobar la policía m?s tarde, cuando al exhumar las tumbas, algunas de las que Gein había dicho, se encontraban vacías).Muchos de los objetos dom?sticos y muebles que se descubrieron a raíz del arresto de Gein, procedían de las profanaciones de tumbas. Unas veces arrastraba cad?veres enteros hasta su casa, otras cortaba las partes m?s interesantes y se las llevaba como recuerdo.
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En su confesi?n voluntaria habl? del placer sexual que obtenía al envolver su cuerpo desnudo con la piel de sus víctimas. Adem?s, a varios de los vecinos tuvieron que ser hospitalizados por disfunciones g?stricas despu?s de que Eddie revelara cual era la procedencia de aquellos botes en conserva de carne de animales que había cazado ?l con los que gustaba obsequiarles. El 30 de marzo de 1958 la casa de Gein fue arrasada, despu?s de correrse el rumor de que estaba destinada a convertirse en una atracci?n para turistas como la Casa de los Horrores. De todas formas, su camioneta Ford sobrevivi? y se vendi? en una subasta pública para ser utilizada en ferias locales con un letrero que anunciaba: ¡El coche de Ed Gein! ¡Vea el coche que transport? a los muertos de las tumbas!
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Los m?dicos del hospital Central del Estado deciden que el asesino no est? capacitado para ir a un juicio y es internado de por vida en un psiqui?trico, tras un juicio que duraría una semana, se le declara culpable de dos asesinatos, pero al aducirse su locura, es de nuevo internado.
El caso de Ed Gein es, desde un punto de vista m?dico, uno de los m?s complejos de la criminología. Voyerismo, fetichismo, travestismo y puede que necrofilia, integraban su personalidad. Sin embargo, a medida que se iba conociendo su verdadera historia se hizo evidente que esas perversiones eran meras manifestaciones de una psicosis profunda, un trastorno mental que tenía sus raíces en la relaci?n anormal que tenía con la madre.
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Cuando los psiquiatras comenzaron a considerar las posibles razones de su comportamiento patol?gico, supusieron que se trataba de un caso de "Complejo de Edipo", que Gein estaba enamorado de su madre y que a raíz de su muerte se obsesion? en buscar a alguien que la sustituyera, pues se encontraron extraordinario parecido entre sus víctimas y su madre. De ni?o, buscaba el amor de su madre de manera obsesiva, que le era negado una y otra vez, fue así como en su mente se desarroll? una nueva personalidad, un Ed que odiaba a la mujer. Gein muri? por insuficiencia respiratoria el 26 de julio de 1984 a los 77 a?os de edad, tras d?cadas de reclusi?n en una unidad psiqui?trica, donde siempre destac? como paciente modelo.
En la actualidad, sus restos descansan en el cementerio de Plainfield, al lado de los de su madre...
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Sin embargo, la influencia de Gein puede percibirse todavía en personajes de la imaginaci?n literaria y cinematogr?fica, como: el relato de Robert Blosh "Pscho", utilizado por Hitchcock para crear una de las obras maestras del cine de terror: PSYCHO (1960), tuvo tres secuelas directas: PSICHO 2, en la que Anthony Perkins retomaba el papel de Norman Bates, PSICHO 3, en la que incluso se atrevi? a tomar las riendas de la direcci?n, y PSICHO 4, en la que se exploraba la infancia y juventud del personaje. Otras son: HOMICIDAL (1961), de William Castle; SCREAM OF FEAR (1961), MANIAC (1961), y PARANOIC (1963), estas tres del brit?nico Freddie Francis, quien m?s tarde realizaría PSICOPATH, a partir de otro gui?n de Robert Bloch; BUFFALO BILL; EL SILENCIO DE LOS CORDEROS (1990) de Jonathan Demme; LA MATANZA DE TEXAS (1974) de Tobe Hooper; EL ASESINO; DERANGED (1974) de Bob Clark; LOS CARNICEROS; VIERNES 13; DEATH TRAP (o EATEN ALIVE) de Tobe Hooper; MOTEL HELL, de Kevin Connor.
En 1987 se rod? el episodio piloto de una serie televisiva, BATES MOTEL, pero la decadencia de la saga, unida a la aparici?n de nuevos y mejores "killers" de la pantalla, hizo desaconsejable su continuaci?n.
By Mishelle
OMFG
Dios... por que hay tanta gente idiota en este mundo?
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