Esto que relatar? no s? si es verdad o no, puesto que me lo cont? una se?ora que vende gorditas y quesadillas en la zona destinada a los puestos de comida en la presa de San Jos?, en la ciudad de San Luis Potosí, M?xico. La presa, al quedar cerca de la ciudad, es punto de reuni?n de habitantes de San Luis Potosí, y turistas nacionales y extranjeros. Dicha presa fue construida el 9 de Marzo de 1804, (mide 32 metros de altura, m?s de 100 metros de largo, est? toda construida de cantera y tiene una capacidad de 7 millones de metros cúbicos de agua) y desde entonces ha formado parte imprescindible de la ciudad de San Luis Potosí.
Bien despu?s de este extenso pre?mbulo, empezar? a narrar esta historia:
Un domingo del mes de Febrero del a?o 2000, mi esposo me invit? a acompa?arle a un desayuno que tendría con sus compa?eros de trabajo en los puestos de comida que se encuentran en la Presa San Jos?. Eran aproximadamente las 11 de la ma?ana, todos est?bamos disfrutando del exquisito desayuno, empezamos a conversar acerca de la presa, de su historia, su importancia. De pronto, una de las se?oras que nos estaba atendiendo, interrumpi? nuestra pl?tica para contarnos un suceso que a m?s de uno nos dej? sin aliento.
Cuenta la se?ora que hace mucho tiempo, en un día de oto?o del mes de octubre, lleg? a la presa una pareja de j?venes. La mujer era hermosa, con gracia, de ropas sencillas, el hombre era alto, corpulento, de gesto duro pero amable.
Llegaron a los puestos de comida, como cualquier otra persona, se veían contentos, animados; terminaron su desayuno y se dirigieron hacia el ?rea de la presa.
No había pasado mucho tiempo, cuando el muchacho regres? corriendo y gritando, pedía ayuda: su novia había caído desde lo alto a las aguas oscuras y turbulentas de la presa.
Los elementos de seguridad se movilizaron de prisa, bajaron a la presa y con ayuda de lanchas y cuerdas se dispusieron a encontrar a la muchacha, la búsqueda fue en vano, nunca encontraron rastros de ella y su cuerpo quiz? sin vida, qued? para siempre sumergido en las aguas de la presa San Jos?.
Cuando todo ya había pasado, y el muchacho estaba m?s tranquilo, cont? a las personas que le habían ayudado, que su novia y ?l decidieron subir al muro de contenci?n (que es como un muro peque?o que mide 1 metro de alto y unos 40 centímetros de ancho y sirve para proteger a las personas de caer en la presa) para poder sentir el viento en la cara, y tener una mejor vista del lugar. Según dijo el muchacho, empezaron a discutir por una tontería, la charla empez? a subir de intensidad y empezaron a forcejear. La chica perdi? el control sobre su cuerpo y cay? a la presa sin que su novio pudiese ayudarle.
Al día siguiente de esta tragedia, el chico volvi? a visitar la presa, llevaba consigo un ramo de flores, se dirigi? al lugar del accidente, y dej? caer una por una las flores al agua, como si ?l supiera que alguien all? abajo las recibiría.
Dice la se?ora que, a partir de ese momento, el muchacho regres? a la presa cada semana, llevando sus flores a su amada novia, no hablaba, ni si quiera volteaba a ver a nadie, su dolor era muy grande y s?lo lo disipaba el recuerdo de su novia a quien nunca olvidaría.
Este ritual de las flores, el pobre muchacho, lo realiz? por mucho tiempo, hasta que un día quiz? lleno de tristeza y soledad, decidi? acabar con su vida, en el mismo lugar donde su novia había caído al agua.
Se par? en el muro de contenci?n y d?ndose un tiro en la cabeza, dej? caer su cuerpo al agua con la esperanza de encontrarse con su gran amor.
El cuerpo del chico tampoco fue encontrado nunca, tal vez, porque los dos estaban destinados a vivir su amor aún debajo de las turbias aguas de esa presa.
Corrieron los a?os, pas? algún tiempo, la tragedia ya casi se había olvidado, pero un día el mes de octubre, unos turistas que visitaban la presa, estaban recargados en el muro de contenci?n observando el panorama, de pronto, escucharon un chapoteo, y al girar la cara, vieron con gran asombro, como unas huellas de agua se marcaban sobre el pasillo y llegaban hacia el otro lado.
Las personas quedaron sorprendidas al ver aquello, pero su sorpresa fue aún mayor cuando, al levantar la vista, vieron a una chica que llegaba al final del pasillo, la chica gir? su cuerpo y desaparecía ante la mirada incr?dula de aquellos visitantes.
Los turistas realmente asustados y con los nervios de punta, corrieron hacia la salida, contando lo que habían visto, muchos pensaron que eso s?lo había sido su imaginaci?n, pero las personas que conocían la triste historia de la pareja relacionaron lo sucedido con la tragedia aquella, donde una pobre chica había muerto al caer a la presa.
Despu?s de eso, muchas personas m?s acudieron a la presa, tenían gran curiosidad de saber si aquella historia era verdadera o no.
Algunos de los curiosos que asistían al lugar, se iban decepcionados por no haber podido ver ningunas huellas ni espectros fantasmales. Pero había quienes aseguraban haber visto en el agua de la presa, p?talos de flores flotando en ella.
Cuenta la se?ora que hace mucho tiempo, en un día de oto?o del mes de octubre, lleg? a la presa una pareja de j?venes. La mujer era hermosa, con gracia, de ropas sencillas, el hombre era alto, corpulento, de gesto duro pero amable.
Llegaron a los puestos de comida, como cualquier otra persona, se veían contentos, animados; terminaron su desayuno y se dirigieron hacia el ?rea de la presa.
No había pasado mucho tiempo, cuando el muchacho regres? corriendo y gritando, pedía ayuda: su novia había caído desde lo alto a las aguas oscuras y turbulentas de la presa.
Los elementos de seguridad se movilizaron de prisa, bajaron a la presa y con ayuda de lanchas y cuerdas se dispusieron a encontrar a la muchacha, la búsqueda fue en vano, nunca encontraron rastros de ella y su cuerpo quiz? sin vida, qued? para siempre sumergido en las aguas de la presa San Jos?.
Cuando todo ya había pasado, y el muchacho estaba m?s tranquilo, cont? a las personas que le habían ayudado, que su novia y ?l decidieron subir al muro de contenci?n (que es como un muro peque?o que mide 1 metro de alto y unos 40 centímetros de ancho y sirve para proteger a las personas de caer en la presa) para poder sentir el viento en la cara, y tener una mejor vista del lugar. Según dijo el muchacho, empezaron a discutir por una tontería, la charla empez? a subir de intensidad y empezaron a forcejear. La chica perdi? el control sobre su cuerpo y cay? a la presa sin que su novio pudiese ayudarle.
Al día siguiente de esta tragedia, el chico volvi? a visitar la presa, llevaba consigo un ramo de flores, se dirigi? al lugar del accidente, y dej? caer una por una las flores al agua, como si ?l supiera que alguien all? abajo las recibiría.
Dice la se?ora que, a partir de ese momento, el muchacho regres? a la presa cada semana, llevando sus flores a su amada novia, no hablaba, ni si quiera volteaba a ver a nadie, su dolor era muy grande y s?lo lo disipaba el recuerdo de su novia a quien nunca olvidaría.
Este ritual de las flores, el pobre muchacho, lo realiz? por mucho tiempo, hasta que un día quiz? lleno de tristeza y soledad, decidi? acabar con su vida, en el mismo lugar donde su novia había caído al agua.
Se par? en el muro de contenci?n y d?ndose un tiro en la cabeza, dej? caer su cuerpo al agua con la esperanza de encontrarse con su gran amor.
El cuerpo del chico tampoco fue encontrado nunca, tal vez, porque los dos estaban destinados a vivir su amor aún debajo de las turbias aguas de esa presa.
Corrieron los a?os, pas? algún tiempo, la tragedia ya casi se había olvidado, pero un día el mes de octubre, unos turistas que visitaban la presa, estaban recargados en el muro de contenci?n observando el panorama, de pronto, escucharon un chapoteo, y al girar la cara, vieron con gran asombro, como unas huellas de agua se marcaban sobre el pasillo y llegaban hacia el otro lado.
Las personas quedaron sorprendidas al ver aquello, pero su sorpresa fue aún mayor cuando, al levantar la vista, vieron a una chica que llegaba al final del pasillo, la chica gir? su cuerpo y desaparecía ante la mirada incr?dula de aquellos visitantes.
Los turistas realmente asustados y con los nervios de punta, corrieron hacia la salida, contando lo que habían visto, muchos pensaron que eso s?lo había sido su imaginaci?n, pero las personas que conocían la triste historia de la pareja relacionaron lo sucedido con la tragedia aquella, donde una pobre chica había muerto al caer a la presa.
Despu?s de eso, muchas personas m?s acudieron a la presa, tenían gran curiosidad de saber si aquella historia era verdadera o no.
Algunos de los curiosos que asistían al lugar, se iban decepcionados por no haber podido ver ningunas huellas ni espectros fantasmales. Pero había quienes aseguraban haber visto en el agua de la presa, p?talos de flores flotando en ella.
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