Jorge se fue de vacaciones con gran parte de la familia a Europa y el Medio Oriente. A mitad de la gira, cuando estaban visitando Jerusal?n tuvo la mala suerte de que se muriera su suegra .

Ya con el certificado de defunci?n, fue al Consulado de su país en Jerusal?n para iniciar los tr?mites de repatriaci?n de los restos.

Lo primero que hizo el C?nsul fue advertir a Jorge:

Mire caballero, los gastos de repatriaci?n son bastante caros y complicados. La tasa de este servicio le va costar al menos unos $25,000 d?lares. Lo que la gente acostumbra hacer en estos casos, es no repatriar los restos y
enterrar a la persona aquí en el cementerio local, donde los costos no llegan ni a $100 d?lares.

Jorge, pens? un momento y luego respondi?: Le agradezco la oferta Se?or C?nsul pero no importan los costos, prefiero llevar los restos de mi suegra de retorno a mi país.

Usted debe haber querido mucho a la se?ora, ya que es apreciable la diferencia de dinero que hay entre s?lo $100 y $25,000 d?lares.

No, no... para nada - contest? Jorge- s?lo que conozco de un caso de hace algunos a?os en que alguien muri? ac? en Jerusal?n y resucit? al tercer día.

Y yo, definitivamente, no quiero correr ese riesgo.




PLOP!