El juez le dice al reo: "-Se le acusa de haber dado muerte a su esposa golpe?ndola con un martillo". El criminal no responde nada. De atr?s de la sala surge una airada voz de hombre: "-¡Maldito!". Ante el silencio del culpado, prosigue el juzgador: "-Se le acusa tambi?n de haber asesinado a su suegra con el mismo martillo". Calla el delincuente, y desde el fondo de la
sala se oye otra vez la exclamaci?n de ira: "-¡Miserable!".
El juez se dirige al que gritaba. "-Se?or: entiendo su justificado enojo ante los crímenes de
este hombre. Me permito recordarle, sin embargo, que estamos en una sala de justicia. Le ruego contener sus expresiones". "-Perdone su se?oría -contesta el individuo-. Es que desde hace 20 a?os soy vecino de este canalla, y cada vez que le pedía un martillo me contestaba que no tenía"..
sala se oye otra vez la exclamaci?n de ira: "-¡Miserable!".
El juez se dirige al que gritaba. "-Se?or: entiendo su justificado enojo ante los crímenes de
este hombre. Me permito recordarle, sin embargo, que estamos en una sala de justicia. Le ruego contener sus expresiones". "-Perdone su se?oría -contesta el individuo-. Es que desde hace 20 a?os soy vecino de este canalla, y cada vez que le pedía un martillo me contestaba que no tenía"..
Comment